La historia condena a Blair por ataque a Irak
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AGENCIA
Se esperaban las conclusiones del Informe Chilcot, presentado ayer, y que durante siete años ha analizado la gestación, ejecución y secuelas de la guerra de Irak de 2003 en Reino Unido. Pero el resultado fue todavía más devastador para el entonces primer ministro Tony Blair de lo que se esperaba.
El trabajo, elaborado por el ex alto funcionario británico John Chilcot, concluye que Tony Blair apoyó al ex presidente de Estados Unidos George Bush en la invasión de Irak “sobre la base de una información de inteligencia defectuosa”. “Esta información no se cuestionó, y debió hacerse”, añadió el autor del reporte en su presentación.
Chilcot, además, aseguró que la opción militar “no fue la última”, tal y como se aseguraba entonces.
PASE LO QUE PASE. En los 12 tomos del reporte, elaborado a través de la evaluación de miles de documentos y entrevistas con testigos y políticos, también se detalla la relación que Blair mantenía con Bush. Explica Chilcot que el 28 de julio de 2002 el mandatario británico escribió a su homólogo estadunidense para expresarle su apoyo incondicional: “Estaré contigo pase lo que pase”, dijo el laborista al republicano.
POSTGUERRA. En el reporte, que no tiene voluntad de conseguir imputaciones, sino de analizar, solamente, también se explica que la planificación de le etapa que sucediera al fin del conflicto armado fue “totalmente inadecuada”.
Las consecuencias de la invasión fueron subestimadas a pesar de las “advertencias explícitas” de los técnicos, según asegura Chlcot.
TODA LA RESPONSABILIDAD. Tras conocer el informe, Tony Blair, que mandó en Reino Unido entre 1997 y 2007, compareció ante los medios para dar su versión. Aseguró que asume “toda la responsabilidad” de sus decisiones, y los errores que pudieran cometerse durante la invasión.
Pero, eso sí, Blair también se defendió afirmando que la participación en la guerra fue “de buena fe” y para “el mejor interés” de su país. Aún así, el ex premier admitió que la invasión de Irak causó “divisiones” en Reino Unido, y aseguró que siente “profundamente” el dolor y sufrimiento de las familias que perdieron a sus seres queridos.
“La información de inteligencia que se produjo en el momento de la guerra resultó ser errónea, y las consecuencias resultaron ser más hostiles, prolongadas y sangrientas de lo que habíamos imaginado”, finalizó Blair.
DISCULPAS. El líder del Partido Laborista, al que pertenece Blair, Jeremy Corbin, se disculpó ayer en nombre de toda la formación por la invasión de Irak, lo que tildó de “desastrosa decisión”, y fue más allá al pedir competencias internacionales para procesar a los responsables. Entre ellos, su compañero de partido.
Corbyn, que ahora se encuentra en un momento de extrema debilidad por el dividido papel de los laboristas en el debate del ‘Brexit’, ya se opuso a la guerra en 2003, y ayer corroboró que esta supone “una mancha” en la historia de su partido.


