'Aprovecharon' pandemia para despedir a embarazadas

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La pandemia abrió una puerta trasera para que algunos empleadores la utilizaran como excusa para despedir a mujeres embarazadas, pero la ley ha avanzado para ayudarlas en estas situaciones

Durante los primeros meses por la pandemia por covid-19, en el momento que los cierres llegaron a diversos sectores de la economía los despidos se volvieron el tema ante la falta de ingresos que dificultaban el pago de las nóminas, pero en México el mayor impacto se lo llevaron las mujeres.
En el primer trimestre del 2021 el INEGI establecía que aún quedaban 2.1 millones de empleos por recuperar después de un año de pandemia y las mujeres cargaban con una cifra de ser siete de cada 10 desempleados.
Las cifras solo eran la continuación de reportes ya vistos en 2020 como en la actualización de la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del covid-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos (ENcovid-19), realizada por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la Universidad Iberoamericana, A.C donde se estableció que durante el embarazo la presencia de mujeres trabajadoras descendió hasta 43 por ciento “en sus posibilidades de reportar un pago positivo de horas trabajadas”.
La pandemia además trajo un aumento de hasta el 25 por ciento en el trabajo del hogar, no remunerado, según una encuentra del Instituto Mexicano para la Competitividad, lo que significaba un mayor desgaste físico y mental para aquellas personas que estuvieron en casa y haciendo trabajo remoto.
Pero la crisis sanitaria también fue “aprovechada” por algunos jefes quienes, para recortar gastos, despidieron personal enfocándose en el sector femenino.
María Guadalupe Moreno Figueroa, encargada del despacho de la Junta Especial Número 20, especializada en asuntos de las personas que tiene una condición de vulnerabilidad o que se advierte podrían ser discriminados, detectó en su oficina que durante la pandemia un importante número de mujeres que fueron despedidas de las empresas para las que laboraban compartían un factor en común además del sexo: el embarazo.
Las mujeres en esta condición fueron calificadas en los primeros meses de la pandemia con un mayor riesgo de contagio respecto a otros, y algunas empresas aprovecharon esto para prescindir de sus servicios.