ERA “LA GALLERA” UN CEMENTERIO

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Más de 30 mil fragmentos de huesos humanos han sido encontrados en las fosas clandestinas, la mayoría de ellos fueron quemados y su identificación es casi imposible.

AVC NOTICIAS

La representante del Colectivo “María Herrera” Poza Rica, Maricel Torres, admite que “ya perdió la cuenta” del número de fragmentos que han ido encontrado en las fosas clandestinas del norte del estado, algunos como los hallados en Chichimantla todavía con las huellas y el olor a diésel con que fueron incinerados. Otros, como los encontrados en La Loma en Tihuatlán fueron hallados al interior de una tina.
“Los que hemos encontrado en La Gallera, como en La Loma, Tihuatlán, Chichimantla, son muchos restos, pedacitos de lo que queda del cuerpo de un ser humano. Los fragmentos en La Gallera son como 30 mil, muchos más, ya hasta la cuenta perdí; son muchísimos fragmentos quemados. En La Loma también son muchos; la semana pasada estuvimos trabajando en ese predio y encontramos como nunca habíamos encontrado, una tina casi llena de pedacitos de huesos quemados y partes de huesos”.
Maricel relata que en Chichimantla a orillas del río encontraron fragmentos de huesos un poco más grandes, todos todavía llenos de diésel; ahí suponen que los quemaban a orillas del río.
La complejidad para identificación radica en que la mayoría de estos fragmentos ya no tienen tejido ni material de ADN para comparar, aunque los que logran ser rescatados están en resguardo de la Fiscalía General de Veracruz (FGE).
“Son fragmentos muy quemados, carbonizados de los que ya no se puede entrar (ADN) porque son carbón, pero hay pedacitos que todavía están en resguardo de la Fiscalía. Tenemos en puerta un proceso de identificación de un caso que no tenía denuncia, su madre no había revisado el catálogo en Periciales; el caso es de 2012 y al ir a Periciales ahí está su familiar, estamos pidiendo que se agilice”.
Para Maricel, madre de Iván Eduardo Castillo Torres, desaparecido en 2011 en Poza Rica, a la zona norte de la entidad veracruzana “le tocó lo peor” de las desapariciones aunque reconoce que estas siguen ocurriendo.
“Es preocupante por todos los fragmentos que hemos encontrado porque en nuestra región nos tocó lo peor; encontramos puros pedacitos, puros fragmentos de huesos quemados. Para nosotros es muy difícil que se lleguen a identificar, pero pienso que la tecnología va avanzando y quizá un día no muy lejano se puedan identificar esos restos”.
La activista dijo que en La Gallera los primeros cuerpos fueron ya identificados, pero faltan identificar dos cráneos que actualmente están en Servicios Periciales; en este punto son restos que datan desde 2011; mientras que en La Loma Chichimantla datan desde 2015.