El Tajín en el olvido

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Hace 4 años que SHCP y Secretaría de Cultura absorbieron los ingresos de la zona arqueológica El Tajín y el recurso se concentra en la Ciudad de México, sin que las autoridades envíen recursos públicos para el mantenimiento de la zona.

Papantla, Ver.- (AVC/Verónica Huerta) Desde hace cuatro años que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Secretaría de Cultura absorbieron los ingresos de la zona arqueológica El Tajín, el recurso se concentra en la Ciudad de México, sin que las autoridades envíen recursos públicos para el mantenimiento de sanitarios y edificios, colocación de letreros en cada una de las 40 pirámides, y aumento de salarios al personal que atiende.

A propósito de la celebración del Festival Cumbre Tajín que organizó el gobierno de Veracruz del 21 al 26 de marzo, a este municipio arribaron cientos de visitantes provenientes de la Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Tamaulipas y de diversos municipios de la entidad veracruzana.

Aunque a la mayoría de las y los visitantes se concentran en el parque temático Takilhsukut construido durante la administración estatal del exgobernador Miguel Alemán Velasco cómo sede del Centro de las Artes Indígenas de la Cumbre de Tajín, hay familias que gustan acudir a la zona arqueológica para admirar este centro ceremonial rodeado de pirámides.

Sin embargo, las y los turistas se quejaron porque ninguna pirámide tiene un letrero con su nombre, la falta de mantenimiento en el museo, los baños y no se ven avances en los descubrimientos de vestigios.

Al ingresar a la zona arqueológica, el turista deberá pagar un boleto de 90 pesos al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y los que entran gratis son docentes, estudiantes con credencial vigente y personas de la tercera edad.

Dentro de la zona arqueológica se observa a unas tres decenas de turistas que disfrutan de tomar fotografías con sus teléfonos celulares, y al mismo tiempo buscan el nombre de la pirámide que admiran, pero no hay nada, sólo unos cuantos letreros con indicaciones que refieren “Prohibido el paso”.

Los turistas buscan a los empleados del INAH para preguntarles cómo se llaman las pirámides, los cuestionan por qué no hay letreros, desde cuándo no hay descubrimientos de vestigios y de pasó les reclaman lo sucio de los baños.

Los empleados con amabilidad responden “Hemos reportado al INAH que la gente pide letreros para saber cómo se llaman las pirámides, pero desde hace 10 años no nos mandan letreros, y ahora que el INAH pasó a ser parte de la secretaría de Cultura menos hay presupuesto, y lo que usted pagó en la entrada, el dinero no se queda aquí, todo se va a la secretaría de Hacienda”.

Los turistas se inconformaron porque les cobraron 90 pesos para ingresar a la zona arqueológica y no hay información que les permita conocer de este lugar.

Uno de los empleados responde “Hay 40 pirámides descubiertas, y bajo la vegetación son 128. Tajín consta de 1mil 221 hectáreas. Eso que ven ahí es una cancha de pelota; aquella es la pirámide de Dios Tajín”.