MICROMACHISMOS
Por Lorena Piñón Rivera
Tan malas las actitudes machistas que durante siglos han prevalecido, como aquellas expresiones “sutiles” en donde de la misma forma se pretende establecer una superioridad natural e incontrovertible de los hombres sobre las mujeres. Los conocidos como "micromachismos", son comportamientos, actitudes o expresiones que refuerzan la desigualdad de género y perpetúan estereotipos sexistas en contra de las mujeres.
Estos pueden manifestarse en forma de comentarios, gestos, miradas, bromas o acciones que menosprecian, limitan o cosifican a las mujeres. Se originan en una sociedad patriarcal donde se normalizan las desigualdades de género y se reproducen a través de la socialización, los medios de comunicación y la cultura. Estas expresiones propician la perpetuación de la discriminación, la limitación de oportunidades para las mujeres, la afectación de su autoestima y bienestar emocional, y la contribución a un ambiente que tolera y no condena a la violencia de género.
Para desalentar la práctica de los micromachismos, es fundamental promover la educación en igualdad de género, fomentar la reflexión crítica sobre los roles y estereotipos de género, y visibilizar y cuestionar estos comportamientos en la sociedad. Un ejemplo terribles es cuando hay personas que critican a un hombre que le atribuyen falta de valor o iniciativa con respecto a cualquier tema, se diga que se comporta “como una niñita”, como si la cobardía fuera inherente y exclusiva de las menores de edad.
Es importante promover la empatía, el respeto y la equidad en las relaciones interpersonales, así como fomentar la participación activa de hombres y mujeres en la lucha contra la desigualdad de género. Las consecuencias son significativas. Aunque pueden parecer pequeñas, su acumulación crea un ambiente donde la misoginia se normaliza. Estos comportamientos, si no se abordan, pueden evolucionar hacia formas más graves de violencia, erosionando la dignidad y los derechos fundamentales de las mujeres.
Con claridad, estas expresiones infamantes hacia las mujeres y niñas, deben combatirse porque sus efectos pueden avanzar a delitos en contra de las mujeres al contribuir a la normalización de la violencia de género y al crear un ambiente propicio para su perpetuación. Las actitudes que se deben tomar en las escuelas incluyen la implementación de programas educativos que promuevan la igualdad de género, la prevención de la violencia machista y el fomento de relaciones sanas y respetuosas entre los estudiantes.
El Estado Mexicano tiene la responsabilidad de defender los derechos de las mujeres y de instruir a las niñas y adolescentes para que no acepten con normalidad las expresiones de que las agravian por imputarles calidades negativas a su condición de ser del sexo femenino. @lorenapignon_