Urbi, Orbi et Ultra / Carisma y liderazgo: Sheinbaun y Nahle / Por Horacio Campos Lozada

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HORACIO.CAMPOS.LOZADA

 

El carisma es el resultado de un liderazgo efectivo, no al revés”. (Warren G. Bennis; 1925-2014, académico y autor estadounidense).

El liderazgo efectivo no se basa en hacer discursos o ser querido; el liderazgo se define por los resultados”. (Peter Drucker; 1909- 2005, tratadista y jurista austriaco).

A escasos días en que la futura presidenta de los Estados Unidos Mexicanos – Claudia Sheinbaum Pardo– y la gobernadora del Estado de Veracruz –Norma Rocío Nahle García– asuman sus respectivos cargos, reflexionamos sobre sus aptitudes, atributos, capacidades, cualidades, habilidades y talento por las cuales fueron la ciudadanía las eligió para desempeñar la titularidad del Poder Ejecutivo Federal y estatal respectivamente.

Carisma

El ‘carisma’ se define como la especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar. Entre los sinónimos de carisma tenemos ángel, atractivo, carácter, don, encanto, gracia, jale, magnetismo, pegue y personalidad.

El término ‘carisma’, empleado desde hace largo tiempo en la literatura teológica y en la historia eclesiástica, fue introducido en la teoría sociológica por Max Weber para designar el mérito extraordinario, la gracia, el genio o el poder de una personalidad. Semejante cualidad excepcional fundamenta el influjo ejercido por estas personalidades, consideradas como dechados sobrehumanos y como elegidas por la divinidad, y aceptadas por esa razón como dirigentes en campos diversos: profetas, fundadores de religiones, gobernantes, jefes de partido, etc.

La definición y concepto de ‘carisma’, contienen elementos subjetivos (emociones, percepciones y la propia autenticidad humana), por ello resulta difícil ser abordado de manera plena.

Carisma político

La especialista hispana Blanca Deusdad, en su artículo “El concepto de liderazgo político carismático: Populismo e identidades” (Revista de Ciencias Humanas y Sociales, 2003), define al ‘carisma político’:

 

El carisma político hace referencia a lugares, objetos e individuos a los cuales se reviste de un aura excelsa, casi divina cuyas características y acciones son interpretadas como excepcionales e incluso extraordinarias por el colectivo que las secunda y que las reconoce como propias. Esta dimensión la consiguen los elementos carismáticos por su vínculo con la tradición, pero a la vez por ser genuinos y modernos. Por otra parte, el carisma actúa como un catalizador cultural. Es una síntesis de valores y señas de identidad de una cultura y del pensamiento de una colectividad. Los medios de comunicación ayudan a configurar un aura carismática y a difundir el mensaje y la imagen del líder carismático.

Liderazgo

Con la palabra ‘liderazgo’ se denota la condición de líder; su sinónimo es el vocablo liderato.

El concepto de ‘liderazgo’ ha sido debatido de manera amplia desde una óptica psicológica, sociológica y política. De las diversas definiciones del término ‘liderazgo’, el politólogo guatemalteco Eduardo Núñez Vargas extrae cinco elementos constitutivos: “influencia, voluntad, comunicación interpersonal, capacidad de ayudar al grupo a definir y alcanzar objetivos, y superación y esfuerzo suplementario”

El ‘liderazgo’ se conforma por el “conjunto de actividades y de relaciones y comunicaciones interpersonales, que permiten a una persona ejercer diversos niveles de influencia sobre el comportamiento de los miembros de un grupo determinado, consiguiendo que ese grupo defina y alcanza de manera voluntaria y eficaz sus objetivos”. (Diccionario electoral, UNAM, TEPJF, IFE, IIDH, 2003, t. II, p. 811)

Liderazgo político

El ‘liderazgo político’ se define como la “particular relación que se establece dentro de una corriente concreta y dinámica, entre una personalidad y una situación de grupo en el cual el objetivo central es la conquista y el control del Estado o de los instrumentos para influirlo, por parte de este grupo” (Diccionario político, IIDH-CAPEL, San José, 1989, p. 466).

Conclusión

La astucia, disciplina, sagacidad y la virtud política son, entre otros, los atributos que poseen Sheinbaum y Nahle, quienes han generado en la clase política y en sus futuros gobernados altas y optimistas expectativas.

Tanto para la originaria de la ciudad de México como para la nacida en Río Grande, en el desempeño de sus responsabilidades como en el desarrollo de sus actividades políticas, serán determinantes la capacidad, aptitud y disposición para trabajar en equipo y bajo presión, virtud y eficacia para persuadir, humildad, credibilidad, adaptabilidad, firmeza, actitud positiva, habilidad comunicativa, compromiso, interés, empatía, capacidad de comunicación, entusiasmo, honestidad, coherencia con los valores y, fundamentalmente, la inteligencia emocional.

Mulier cogitationibus

Claudia Sheinbaum Pardo:

“La autoridad moral no se compra en la esquina, no con todo el dinero del mundo, se construye con mística, la de luchar todos los días por un México con justicia, democracia y libertad; con honestidad y con honradez”.

Norma Rocío Nahle García:

Veracruz merece un enorme progreso. Por eso mi gobierno será de territorio, con la justicia y la equidad como pilares para el futuro”.