Opinión / ENTRE OVNIS Y ALIENS: Hitler y los Platillos Voladores: La conspiración que nunca muere / MARCIANO DOVALINA

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Te voy a contar una historia que suena a ciencia ficción, pero que no deja de aparecer en foros, libros y conversaciones conspiranoicas: Hitler y su supuesta relación con el fenómeno OVNI. ¿Un tipo obsesionado con el poder absoluto, buscando alianzas con extraterrestres? ¿Una tecnología secreta nazi que daría lugar a los “platillos voladores”? Aunque suena a guion de Hollywood, este tema lleva años dando vueltas, y no, no es solo cosa de frikis.

Vamos al grano.

Cuando el Tercer Reich estaba en la cima de su locura, una de sus obsesiones era encontrar maneras de dominar no solo la Tierra, sino todo lo que estuviera más allá.

Hitler y su séquito tenían un interés enfermizo por lo oculto, lo místico y cualquier cosa que les diera ventaja, por más rara que sonara, la famosa Ahnenerbe, esa sociedad que financiaba Himmler, investigaba desde la Atlántida hasta tecnologías avanzadas que pudieran darles supremacía y aquí es donde entran los famosos “platillos voladores nazis”.

En los últimos años de la guerra, se rumoreaba que los nazis estaban experimentando con aeronaves de formas poco convencionales. El más famoso es el Haunebu, un disco volador que, según quienes defienden esta historia, utilizaba principios de antigravedad, luego está el enigmático Die Glocke (La Campana), una máquina que, dicen, podía manipular el espacio y el tiempo.

¿Pruebas? Ahí es donde todo empieza a tambalearse, más allá de esquemas dudosos y relatos que parecen más sacados de una novela pulp que de documentos oficiales, lo único que queda claro es que los nazis experimentaron con tecnología avanzada, aunque los resultados no están ni cerca de lo que se les atribuye, pero como la guerra dejó muchos cabos sueltos y secretos enterrados, el mito comenzó a crecer y aquí es donde la cosa se pone interesante.

¿Escapó Hitler con tecnología alienígena?

El final oficial de Hitler dice que se suicidó en su búnker en 1945, hasta aquí, todo bien, ¿no? Pero claro, siempre hay quienes prefieren pensar que el tipo se las ingenió para escapar y como en toda buena teoría conspirativa, no falta quien diga que no solo huyó a Argentina (que esto ya tiene su propio capítulo), sino que además se llevó consigo tecnología avanzada que había desarrollado durante la guerra.

Se habla de bases secretas en la Antártida, de avistamientos de OVNIs en la Patagonia, y hasta de una supuesta colaboración entre nazis y alienígenas, Sí, alienígenas. Porque claro, si vas a armar una teoría loca, mejor hacerlo a lo grande.

¿Y los Foo Fighters?

Durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos tanto aliados como del Eje reportaron avistamientos de luces extrañas que seguían a sus aviones, los llamaron “Foo Fighters”. ¿Qué eran? Nadie sabe a ciencia cierta, pero esto, combinado con los rumores sobre tecnologías secretas nazis, ayudó a alimentar la idea de que los OVNIs podrían estar vinculados al Tercer Reich.

Ahora bien, ¿significa esto que Hitler tenía una flota de discos voladores? Probablemente no. Pero lo que sí está claro es que la mezcla de misterio, avances tecnológicos y la fascinación por lo extraterrestre creó un cóctel irresistible para los amantes de las conspiraciones.

¿Porqué estas teorías no desaparecen?

La respuesta es sencilla: porque nos encanta, la figura de Hitler, con todo lo terrible que fue, sigue siendo un imán para las historias más descabelladas y si le añades un toque de ciencia ficción y extraterrestres, tienes un relato que nunca pasa de moda.

Al final, más allá de si hay algo de cierto o no (spoiler: probablemente no), estas historias nos dicen más sobre nosotros que sobre el propio Hitler, necesitamos creer en algo más grande, en que hay secretos por descubrir, en que el mundo no es tan aburrido como parece.

Así que la próxima vez que alguien te hable de los OVNIs nazis o de Hitler en la Antártida, no te lo tomes demasiado en serio, pero tampoco te rías del todo. Porque, ¿y si?