OPINIÓN / ONU: Última década, la más cálida en el planeta; la Tierra “está emitiendo más señales de alarma” / DIEGO ALCALÁ PONCE

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Lo terrible, lo más preocupante de la contaminación y escasez del agua para consumo humano, no será cuando las últimas gotas estén fluyendo, sino mucho antes, es decir, cuando la guerra por obtenerla-acaso ya comenzó-llegue a su máxima expresión: ¡Enfrentamientos entre nosotros para disponer de ella a como dé lugar! Y no es ficción, amable lector, sino una latente realidad que poco a poco se va convirtiendo en una pesadilla. Un adelanto, o prueba de ello, son los “roces” que ya se están presentando entre quienes no disponen del vital líquido con regularidad. ¿Más pruebas? Esperemos, solo es cuestión de tiempo.

Claro que para ese gran evento “falta mucho”, tal vez 100 años o más, pero, de que llegará, llegará, de eso no hay dudas. Las consecuencias del dizque desarrollo de la modernidad, basado en la quema de combustibles fósiles, como el petróleo y sus derivados, principalmente, siguen calentando el planeta y provocando el imparable cambio climático, serán cada vez más catastróficas. Además de generar residuos peligrosos, las plantas petroquímicas contaminan el agua y el aire con gases tóxicos como dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, partículas y componentes orgánicos volátiles entre otros. Respiramos puro veneno.

Permitir que el poder político y económico siga abusando de la sobreexplotación de los hidrocarburos a su arbitrio como hasta ahora, en perjuicio de la salud de todos, con ello estamos cavando también nuestra propia tumba. Desde luego que se dirá que esto ha sido siempre así, y aparentemente, no pasa nada, pero el daño está hecho y sigue acumulándose, lamentablemente, eso es lo que no se alcanza a comprender todavía.

De acuerdo con la ONU, 2024 fue el año más caluroso jamás registrado, los diez años más cálidos se dieron todos en la última década y los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera que calientan el planeta, están en su punto más alto en 800 mil años. En su informe anual sobre el estado del clima, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) expuso todas las señales de un mundo que se calienta cada vez más, con océanos con temperaturas récord, el nivel del mar en aumento y glaciares retrocediendo a una velocidad sin precedentes.

“Nuestro planeta está emitiendo más señales de alarma”, advierte Antonio Guterres, Srio. Gral. de la ONU y señala que el informe indica que el objetivo internacional de limitar el calentamiento a 1.5° Celsius (2.8° Fahrenheit, desde la era industrial, aún es posible. Los líderes deben actuar para hacerlo realidad, aprovechando los beneficios de las energía renovables, limpias y económicas, para sus pueblos y economías, enfatizó.

El informe atribuyó el calentamiento a la actividad humana-quema de carbón, petróleo y gas-y en menor medida el fenómeno meteorológico natural de EL Niño. Un episodio de este fenómeno se formó en junio de 2023 y se disipó un año después, aportando más calor y ayudando a batir los récords de temperaturas. En 2024 el mundo superó el límite de 1.5°C por primera vez, pero solo durante un año. Los científicos miden el incumplimiento del objetivo climático como el tiempo que la Tierra permanece por encima de ese nivel de calentamiento durante un período más largo.

La verdad, amable lector, no se explica por qué, a pesar de la vasta información científica e incontables eventos catastróficos derivados del calentamiento global, los líderes mundiales, los tomadores de decisiones, los gobiernos, etc., no han trazado todavía un plan de acciones contundentes en conjunto para enfrentar esta calamidad climática que está llegando a extremos peligrosos.