Ana Paula Ordorica - Licencia para delinquir
“La seguridad, e incluso la libertad, no puede preservarse si se permite la libertad para subvertirla.”
Isaiah Berlin
Ante el panorama social y político tan descompuesto de los últimos días parece que hay dos opciones para explicar la estrategia del gobierno federal: o han decidido dejar hacer; dejar pasar para que ese mártir que llevan buscando los rijosos no llegue, o simplemente no hay estrategia.
Lo cierto es que estamos siendo testigos de que en México hoy hay quienes tienen licencia para delinquir. Por eso en un mes de protestas hemos visto que se ha quemado la puerta de Palacio Nacional y la sede del gobierno de Guerrero.
También se ha prendido fuego a dos alcaldías, 21 vehículos y han atacado cinco sedes partidistas en Guerrero y Michoacán y una estación del Metrobús en el Distrito Federal.
En lo personal, en estos últimos 15 días me ha tocado ver la toma de la caseta de cobro en la carretera México-Toluca y en la México-Cuernavaca. Esto ante la mirada de policías federales parados a un lado de sus patrullas sin hacer nada para evitar ese acto ilícito de bloqueo.
¿Para qué están ahí los policías si no hacen nada? Fue la pregunta lógica de mis hijos. Ante la que obviamente no tuve respuesta.
Sabemos que hay quienes le apuestan a que a México le vaya mal para que a ellos les vaya bien. Y que es justamente en esta lógica cuando un enfrentamiento puede ser la herramienta perfecta para complicarle al gobierno aún más la situación de llegar a fallar con algún elemento de seguridad que provoque la muerte de uno de los manifestantes.
El grito de gobierno represor hace salivar a algunos que hoy se están saboreando esa posibilidad que se vuelve a presentar el jueves 20 de noviembre con el llamado a un paro nacional.
Pero entre reprimir y no hacer nada tiene que haber un amplio espectro de alternativas. Hoy la inacción se ha convertido en la licencia para delinquir. Y esta licencia, lejos de inhibir las protestas, parece estarlas alentando.
Entre el primer cierre de la autopista del Sol a la altura de Chilpancingo en diciembre de 2011 y los actos vandálicos de esta semana hay una constante, la inacción de las autoridades, y muchas variables. La más dolorosa de ellas, la desaparición y muy probable muerte en condiciones atroces de 43 estudiantes normalistas.
Claramente la apuesta no le está sumando al Estado. Estado con E mayúscula. Aquel cuya concepción primaria fue la de tener el monopolio del uso de la fuerza, pero que hoy en México ha perdido tal atributo básico y fundamental.
El gobierno de Enrique Peña Nieto arrancó con una estrategia clara. El Pacto por México, el acuerdo entre los distintos partidos para sacar adelante las reformas que el país necesita. De ahí salieron, en los primeros meses de trabajo arduo y constante, 11 reformas que lograron, entre otras cosas, poner a México en el mapa como el país del presente y del futuro.
¿En dónde y por qué se ha extraviado ese ímpetu? No lo sé. Lo que queda claro es la urgencia de que el gobierno retome las riendas. Que deje de ser pasivo ante quienes alientan la inestabilidad.
Twitter:@AnaPOrdorica