Enrique Aranda - En el hoyo… y cavando

el

No acaba aún de reaccionar ante el durísimo golpe que para su diezmada unidad y endeble credibilidad social representaron los hechos del pasado septiembre en Iguala, que derivaron en la muerte de media docena de jóvenes y la desaparición de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, en Guerrero, y la izquierda tradicional, la que lideran los llamados Chuchos, enfrenta ya un nuevo, y al parecer indescifrable, reto: el de su propia reforma y/o desaparición del espectro político nacional…

Apenas el domingo, efectivamente, el fundador y otrora indiscutible e indiscutido gurú del perredismo, Cuauhtémoc Cárdenas, exigió a la actual dirigencia del sol azteca, y de manera más específica a su presidente, Carlos Navarrete, renunciar a ese cargo para abonar a revertir la grave situación de postración y agotamiento que, aseguró, vive el partido como resultado “de las desafortunadas y cuestionables decisiones tomadas por la dirección nacional”, tras la desaparición de los normalistas.

 

Fue más lejos: se dolió de que el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que él mismo ayudó a fundar y que presidió antes que nadie, haya perdido toda autoridad moral ante el electorado y esté “a punto de disolverse o quedar como una simple franquicia política electoral”, subordinada a intereses ajenos a su militancia… a los del viejo sistema, su gobierno y su partido, el Revolucionario Institucional, a decir de quienes mejor conocen sobre la intencionalidad de Cárdenas.

Esto último, el severo diagnóstico sobre la situación que desde su casi retiro percibe el hijo del Tata y la advertencia sobre su eventual desaparición —“como alternativa de cambio de una izquierda medianamente creíble, al menos”, diría alguno de los mandos perredistas— es que Navarrete y el resto de los llamados Chuchos entraron en pánico y, en un intento por disfrazar de democrática y estatutaria su decisión, no atinaron a ofrecer mejor respuesta que llevar el asunto al Consejo Nacional, cuyos integrantes, saben de sobra, controlan a la inmensa mayoría, al 72% para ser exactos.

Ahora sí que, “sabiéndose en el hoyo, siguen cavando…”

Asteriscos

* Orientado a impulsar una cultura política que consolide nuestro proceso de transición y logre la configuración de un nuevo sistema político, el Centro de Estudios Políticos y Sociales (Cepos) tiene desde ayer un nuevo presidente en la persona de Arturo Gérman Belmont que, en presencia del mandamás de Coparmex, Juan Pablo Castañón, tomó posesión del cargo en sustitución de Bernardo Ardavín. Su compromiso: proponer una estrategia viable para consolidar el desarrollo democrático de México. 

* En el marco de su acelerado proceso de reestructura, con miras a aprovechar las ventajas que ofrece la recién aprobada Reforma constitucional en materia Energética, el consejo de Pemex, que lidera Emilio Lozoya, aprobó ayer la creación de cinco nuevas subsidiarias, que se convertirán luego en filiales, dedicadas a explorar nuevas áreas de negocio: perforación, logística y transporte, cogeneración de electricidad, producción de fertilizantes y producción de etileno.

Veámonos el viernes, con otro asunto De Naturaleza Política.