Francisco Garfias - Los huérfanos del PRD
“Quienes me sacaron no tienen legitimidad para hacerlo; no seguiré al lado de gente llena de contradicciones”, dijo Cuauhtémoc Cárdenas, luego de enterarse que el PRI lo había expulsado de sus filas, por haber aceptado la candidatura presidencial que le ofreció el desaparecido Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.
Sus palabras aparecieron publicadas en Excélsior el sábado 17 de octubre de 1987. La nota iba firmada por el entonces reportero de esta casa editorial, Julio Hernández, hoy columnista de La Jornada.
El hijo del general Cárdenas no impugnó en aquellos tiempos la decisión del CEN del PRI. Sabía que había violado el artículo 211 de los estatutos del tricolor, al aceptar la postulación de otro partido para oponerse al PRI. “Sé que estatutariamente estoy fuera”, reconoció.
La nota de Hernández recuerda que, entre ironías e insultos, Porfirio Muñoz Ledo defendió al PARM.
Veintisiete años después, el ingeniero renunció al PRD, partido que fundó hace un cuarto de siglo. Lo hizo en los momentos en que, según sus propias palabras, atraviesa por “la peor crisis de su historia”.
A pesar de la admiración que le tengo, considero precipitada la decisión de Cárdenas. Abandonó el barco en medio de la tormenta que amenaza con hundirlo. La lucha tendría que haberla dado desde adentro. Fueron 25 años de esfuerzos para tener un partido de izquierda fuerte.
Ya fuera, poco o nada podrá hacer.
Quiérase o no, Cuauhtémoc era el militante más respetado del PRD. El único capaz de reagrupar a las distintas corrientes internas. Los Chuchos no lo entendieron. Se aferraron a la franquicia. Ellos controlan el aparato. Llevan cuatro presidentes al hilo. No hay alternancia interna.
Esta vez el ingeniero no dijo que los que lo sacaron —al ignorarlo— no tienen legitimidad para hacerlo y que no seguirá al lado de gente llena de contradicciones. No lo dijo, pero sí lo insinuó en las dos cartas que hizo públicas. En la que pidió la renuncia de Carlos Navarrete y en la que anunció la suya.
· Dice Ricardo Anaya, jefe nacional del PAN, que el buen juez por su casa empieza. Ayer mismo anunció que ya solicitó a los órganos correspondientes de su partido la expulsión del asambleísta Edgar Borja Rangel, mezclado en actos de corrupción.
“Basta de impunidad, empezamos por casa”, dijo, muy orondo.
Es plausible su movimiento. Por algo se empieza. Pero si realmente busca acabar con ese costoso mal endémico, tiene que ir a fondo, mirar para atrás, investigar y denunciar. Para nadie es un secreto que no pocos panistas se volvieron millonarios en los 12 años que gobernaron este país. Lo sabe Ricardo, lo sabe Fox, lo sabe Calderón, lo sabe la gente.
· Manlio Fabio Beltrones no va a presidir la famosa Comisión de Estado que hoy anuncia el presidente Peña Nieto. Lo aseguran en el entorno del coordinador de los diputados del PRI. “Traemos una agenda legislativa muy cargada de aquí al 11 que cerramos el periodo”, puntualizan.
La Comisión estará conformada por personalidades de alto nivel que presentarán iniciativas para modificar el Estado de derecho y enfrentar la violencia que enluta el país, de acuerdo a lo dicho por Miguel Barbosa, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Senadores.
Entre los diputados escuchamos el nombre del rector José Narro Robles para encabezarla. Pero nos fue imposible confirmar la versión.
De lo que no se tiene duda en San Lázaro es que el Ejecutivo enviará al Congreso una iniciativa para reformar el artículo 115 de la Constitución. Este artículo rige los gobiernos municipales y estatales.
El presidente Peña y el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, han dejado ver que van por la desaparición de las policías municipales –el eslabón más débil de la cadena – y la instauración del mando único policiaco.
Para ello, es indispensable esa reforma.
· Ya hay voces en el PRD que se levantan para pedir la renuncia del gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez.
Una de ellas es la de Felipe Moreno, coordinador de la corriente Unidad de Izquierda Guerrerense. Acusa al interino de andar de “matraquero” del rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, Javier Saldaña —lo promueve como candidato ciudadano a la gubernatura del Estado— en lugar de cumplir con sus obligaciones de mandatario estatal.
“Hay un vacío de poder en Guerrero: no hay gobernabilidad”, asevera Moreno, según diarios locales.
Ortega Martínez, por cierto, se reunió la semana pasada con diputados de todos los partidos. Les contó que el gobernador con licencia, Ángel Aguirre Rivero, le pidió, antes de irse, que no hiciera cambios en el gabinete, en particular en el área financiera.
“Lo tengo que hacer. No voy a ser copartícipe de irregularidades”, manifestó el mandatario estatal.
Nos aseguran que en lugar de los funcionarios heredados de Aguirre, ha metido a recomendados de Saldaña. “Quiso llevar al Seguro Popular al secretario particular del rector de la Universidad”, aseveran.
Nos cuentan también que Saldaña lo convenció de hacer una marcha por la paz en Chilpancingo. La idea era que todos fueran vestidos de blanco con claveles del mismo color para decir “no” a los violentos. Más tardó en exponer su idea que en recibir amenazas de los maestros de la CETEG.
La manifestación se canceló.
· Ayer se presentó formalmente la iniciativa de Ley de Juegos y Sorteos que legaliza los casinos y empata la Ley con la realidad.
El diputado del PRD, Fernando Zárate, nos adelanta que en la sesión de este jueves se turnará a la Comisión de Gobernación y que el próximo lunes estará listo el dictamen en la Junta de Coordinación Política. “Muy posiblemente el martes la votamos en el pleno”, subrayó.
El lunes, por cierto, es el último día que se pueden enviar dictámenes a la Junta de Coordinación Política para que se puedan votar en el pleno durante el actual periodo ordinario de sesiones. El periodo se cierra el 15 de diciembre.