Ana Paula Ordorica - Rusia y la tormenta perfecta

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Rusia y la tormenta perfecta

Ana Paula Ordorica

Putin y sus intenciones de regresar a la Rusia gloriosa del siglo XIX están fracasando. Si hace unos meses estaba feliz con la anexión de Crimea y la alta popularidad que este desplante de grandeza le generó, hoy las cosas se le han complicado bastante.

 

Generalmente las sanciones económicas tienen poco efecto sobre la clase adinerada y los gobernantes. Pero en esta ocasión, las sanciones impuestas por EU y el Grupo de los 7 (antes G8) sobre Rusia han venido acompañadas por una caída en el precio del petróleo.

 

 

Caída que no era fácil de prever, pero que hace todo el sentido del mundo. The Economist lo resumió muy bien en su artículo de portada de hace unas semanas: Sheikhs versus shale.

 

Los países petroleros miembros de la OPEC se sienten amenazados por la sobreoferta que generan los nuevos petroleros estadunidenses de shale (lutitas). En los últimos cuatro años los petroleros de Dakota del Norte y Texas han estado extrayendo petróleo como locos, gozando de precios del barril por arriba de 100 dólares.

 

La estrategia de los miembros de la OPEC, en especial de los saudíes, es dejar que la sobreoferta de petróleo siga tumbando los precios del barril de tal forma que los productores de shale —cuya extracción es muy costosa y requiere de mucha inversión costeable solamente con precios elevados del crudo— terminen quebrando.

 

Así, todo indica que habrá precios bajos del petróleo por un tiempo. Lo que para Rusia, cuya economía depende en un 68 por ciento de este ingreso, resulta mortal.

 

El rublo, la moneda rusa, se ha devaluado mucho y muy rápido. A niveles no vistos desde la crisis económica de 1999. La gente está comenzando a retirar sus ahorros de los bancos y el banco central ruso ha respondido subiendo las tasas de interés.

 

Es así, la tormenta perfecta para Vladimir Putin. Un presidente que, para tratar de calmar los ánimos y de conservar su popularidad, está recurriendo al clásico de endilgar culpas. Y hoy, el señalado es Occidente. Por el cerco encabezado por Estados Unidos, Rusia está en problemas. Ése es el discurso de Putin.

 

Nada dice de su falta de inversión en infraestructura; de la dependencia de su economía en el petróleo, y ninguna mención hace sobre la enorme corrupción que existe en el país en su pequeño círculo de poder.

 

¿Por cuánto tiempo más aguantará Putin ese discurso? ¿Cuánto tiempo más podrá Rusia tolerar los saqueos a su economía de una pequeña burguesía?

 

Ésas son las preguntas que flotan en el aire hoy en la comunidad internacional.

 

 

@AnaPOrdorica