Ana Paula Ordorica - 2015
Quejas en contra de la democracia. Insatisfacción por la falta de liderazgo. Turbulencia económica global.
Esto es parte de lo que predice el semanario The Economist en su edición especial sobre el mundo en el 2015.
Bien se dice que no hay peor error que pretender hacer predicciones… sobre todo si son sobre el futuro. Pero en esta ocasión me parece que en los temas políticos y económicos macro, los dados están lanzados y no son muy arriesgadas estas predicciones que hace el semanario británico (salvo el de que México crecerá al 4% el año próximo).
Voy por partes.
A grandes rasgos, The Economist predice que 2015 será un año de quejas en contra de la democracia porque el mundo democrático está insatisfecho y desilusionado con sus líderes. Éstos han resultado ser poco hábiles para resolver las exigencias del momento, ya por algún tiempo.
Los desacuerdos y la falta de soluciones a los problemas del día a día como el desempleo y la falta de crecimiento en Europa y en la India, o la baja productividad y la inseguridad en gran parte de Latinoamérica, contrastan con las soluciones que un régimen como el chino, no democrático, han logrado.
De ahí la desilusión.
Estados Unidos continuará con su turbulencia política de cara a las elecciones presidenciales del 2016 que hará aún más complicada la relación entre Obama y el Congreso estadunidense, el cual, a partir de enero, estará liderado por mayoría republicana tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
Lo mismo será para Francia con su impopular presidente, François Hollande. Y habrá que esperar a ver cómo responden los rusos a la crisis económica que tiene al rublo súper devaluado.
¿Golpeará esto la imagen tan aclamada de su presidente Vladimir Putin? Está por verse, aunque el mea culpa que ha emitido, haciendo hincapié en que no toda la crisis es culpa del exterior, llama la atención de manera positiva.
Primero porque son pocos los gobernantes que se señalan a sí mismos como los causantes de los problemas de su país. Y segundo porque son aún menos los que lo hacen cuando, como Putin, gobiernan con mano dura y de manera casi autocrática.
En el caso mexicano, The Economist se enfoca en la Reforma Energética y la prueba que viene para Pemex en el 2015, cuando, por primera vez, compita con otras empresas internacionales por el petróleo mexicano.
Pemex no la tiene nada fácil dadas su prácticas poco eficientes, poco acostumbradas a la competencia y demasiado generosas con el sindicato. Prácticas que han llevado a la paraestatal a una caída constante en la producción, la cual ha decrecido muchísimo desde su cénit en el 2004. Pasamos de ser el 5º país con mayores reservas probadas de petróleo a estar hoy en el lugar dieciocho.
En conclusión, el 2015 da poco rango para el optimismo.Será más bien un año de ajustes hacia lo que esperemos nos traiga un mejor futuro.
@AnaPOrdorica