Yuriria Sierra - Lloviendo sobre mojado
Llueve en la izquierda. La izquierda, que más bien deberíamos referirnos a ella en plural, las izquierdas. Y desde hace tiempo. El PRD ha recibido varios golpes duros, y de todos ha dicho lo mismo: que no son golpes, que al contrario: son oportunidad para la renovación. Y no es que una crisis no represente eso, dirían los chinos, pero el tema es que no hay señales de tal reinvención perredista. Los hechos del 26 de septiembre le significaron la gran, enorme, gota que les derramó un vaso que desde la renuncia al partido por parte de AMLO comenzó a llenarse. Los nexos con la delincuencia de un alcalde abanderado por ellos abrieron la caja de Pandora. Abarca ha sido el primero, pero obligó a Navarrete a una revisión de cada una de sus alcaldías. Así me lo dijo en entrevista, a las pocas horas de haber llegado a la dirigencia nacional perredista. Lo curioso es que poco ha hecho, no sólo el PRD, sino el resto de los partidos que parecen estar cubriendo las varias colas que podrían ser pisadas (y hemos insistido en que el silencio de López Obrador sobre los nexos de su “delfín” en Guerrero, Lázaro Mazón, con Abarca, sólo se explicarían por los dineros que fluyeron desde el municipio tomado por un grupo fuera de la ley en la temporada electoral de la que fue beneficiario). Todos dicen cooperar, pero a pesar de la gravedad de los hechos, no hay hasta ahora resoluciones concretas del papel de alcaldes y partidos en el tema Ayotzinapa... ni Michoacán. Y la salida de Cuauhtémoc Cárdenas, su líder fundador. Así de mal.
Llueve más en el PRD. Y hace un par de días, Mario Delgado anunciaba también su renuncia al PRD tras diez años de militancia y de haber alcanzado importantes funciones, como cuando fue secretario de Finanzas y posteriormente de Educación en la jefatura de Gobierno de Marcelo Ebrard. Pero volvió a decir Navarrete que estaban depurando la casa. Con la elección intermedia tan próxima, quién sabe si les dé tiempo de terminar y dejar todo listo, porque al parecer es una limpieza que no tenían planeada. Delgado se va a Morena, pero seguirá siendo senador, aunque ya no por el PRD. ¿Recuerda usted que hace unas semanas hablamos aquí de la bancada ejpuria? La izquierda nacional, cada vez más fragmentada y con menos tiempo para formar una plataforma política real. Unos por aquí, otros por allá. Y luego porqué el desencanto de los electores.
Llueve sobre petróleo. Aunque los precios del petróleo y del dólar no son responsabilidad del gobierno federal, lo cierto es que la mala racha que suponen estos dos importantísimos elementos para esta —y cualquier otra— economía, tienen resultados negativos que nadie esperaría y que generan acciones para evitar que el golpe sea mayor. Ayer anunciaba Luis Videgaray que de seguir así, en el caso del petróleo, se harían ajustes en el gasto público, que habría menos dinero para ello, pues. Algo que pensamos necesario. Sin embargo, esto también se junta con lo que se haya resuelto en la pasada visita de Enrique Peña Nieto a Washington: la posibilidad de que México importe petróleo de EU. Ayer escribía Jorge G. Castañeda que nos hace falta una gran explicación sobre lo que esto significaría. Pero de entrada, México importando petróleo (hacía décadas que no ocurría) y México importando marihuana (sí, los delincuentes mexicanos le están comprando a los gringos la cannabis legal que ya se cultiva en EU) suena a que el mundo está al revés y no estamos logrando enderezarlo...
Addendum: Le negaron el amparo a María de los Ángeles Pineda Villa. Vaya, una noticia relativamente buena. Dicho así, porque esperaríamos que esta mujer tuviera un proceso que la refundiera en prisión. La presentación de evidencias, según lo dictan las leyes, debe seguir lineamientos para no ser descalificada, y que no la veamos en libertad “por falta de pruebas” como a El 80 en cosa de semanas... Aunque la duda sigue, ¿por qué no enfrenta cargos por la desaparición de los 43 normalistas? ¿Por qué no por la muerte de seis personas o por herir a otras 27 aquella noche oscura de Iguala? En efecto, ella no “jaló el gatillo”, pero en todos los testimonios presentados por la PGR, los presentados han declarado que ella y su esposo, José Luis Abarca, fueron los autores intelectuales de aquel enfrentamiento. Pero algo le está faltando a la investigación realizada por Murillo Karam en este caso. Esperemos que la “esposa tenebrosa” no encuentre un resquicio legal para recurrir —paradójicamente— al argumento de “violación de sus derechos humanos”, y entonces sí, México termine por enterrar en una fosa, y no precisamente clandestina, toda noción de legalidad y de justicia.