Manuel Rosete Chávez - Flavino, gobernador
APUNTES
Manuel Rosete Chávez
“Señores de los 400 Pueblos, no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”
Xalapeños
Flavino, gobernador
A mediados de 2004, cuando el gobernador Miguel Alemán tenía la responsabilidad de elegir sucesor, ya que en la presidencia estaba el panista Vicente Fox Quesada, se abría el abanico de posibilidades a once políticos entre colaboradores del gobernante y políticos externos, como el caso de Fidel Herrera Beltrán, quien ya había hecho una precampaña de cuando menos 2 años recorriendo todo el territorio veracruzano despertando las esperanzas de los líderes políticos y sociales de tener, con Fidel en el timón del estado, una situación mejor para vivir.
Con Fidel andábamos un grupito de entusiasmados simpatizantes del político de Nopaltepec, cuya admirable carrera política había logrado construir surgiendo de los estratos más miserables de la población, razón por la cual estábamos seguros de que haría el mejor papel: alguien que padeció hambres y miseria y que a base de mucho esfuerzo logró superarse, tiene que ser una persona dotada de una sensibilidad especial para atender desde el gobierno a los más pobres.
Y de entre los diez políticos restantes que el mismo gobernador Miguel Alemán había enlistado para mostrar una caballada gorda priista, se encontraba el entonces secretario general de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, un político oriundo de Minatitlán que, desde su juventud, había destacado dentro del servicio público; ya había sido secretario de Educación, diputado local y director de Acción Social, y había sacado con éxito infinidad de encargos que su partido, el PRI, le hizo en calidad de delegado.
Flavino Ríos Alvarado era ya un experto en cuestiones electorales y político de resultados positivos dentro de la administración pública.
Hoy, a once años de distancia, confirmamos lo que por filtraciones supimos quienes andábamos fideleando por todo el estado. Que el gobernador Miguel Alemán convocó a una reunión entre sus más cercanos colaboradores para analizar el asunto de la candidatura; ahí, el gobernante tomó la decisión de inclinarse de manera definitiva por su secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, con quien viajó a la ciudad de México para entrevistarse con el presidente del CDE del PRI Roberto Madrazo Pintado, a quien le habría dicho Alemán que Flavino era su candidato.
Con la fuerza moral y política de don Miguel Alemán, Madrazo respondió: Está bien, señor gobernador, que sea quien usted diga; la única condición es que me entregue un estado gobernado por otro miembro de nuestro partido.
Acto seguido y tras la bendición de quien tenía en ese momento el mando del priismo nacional, retornaron a Xalapa. Miguel Alemán ordenó que se le diera todo el apoyo a Flavino para que iniciara una intensa precampaña en todo el estado, de manera que se posicionara cuanto antes como el candidato del PRI para sucederlo en el cargo.
La cifra no la conocemos con exactitud pero al parecer Flavino recibió algo así como 30 millones de pesos y con eso arrancó. De la noche a la mañana aparecieron en la zona centro del estado cientos de bardas con la leyenda “Flavino Ríos, candidato del PRI al gobierno de Veracruz”.
De manera simultánea y a través del entonces dirigente estatal de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado, Constantino Aguilar Aguilar, se convocó a todos los líderes campesinos del estado para una megareunión en la que se produjo el destape oficial. Flavino Ríos Alvarado fue candidato de la CNC al gobierno veracruzano.
Ante ese escenario adverso, con el que no contaba, Fidel Herrera montó en cólera y se movilizó de inmediato, se trajo a su suegro, un viejo amigo del gobernador Miguel Alemán, para que le hablara al oído, y se valió de todas las mañas posibles que sabe manejar a la perfección e hizo hasta lo imposible por revertir la terrible situación, sólo que la decisión estaba tomada y no había marcha atrás.
Entonces, ¿por qué Flavino Ríos Alvarado no fue candidato?, se preguntarán junto con el razonamiento de que nos hubiera ido mucho mejor, no estuviéramos cargando deuda que nos ahoga, no estaríamos a merced de la delincuencia organizada que opera en la entidad desde que Fidel arrancó su gobierno, el estado no se habría rezagado en su desarrollo, las condiciones de vida de los paisanos sin duda serían otras… pero no.
A los pocos días de haberse iniciado la precampaña del político minatiteco una tragedia enlutó su hogar. En extraño accidente, su hijo pierde la vida en la autopista La Tinaja, ya casi llegando a Minatitlán, adonde se dirigía.
Obviamente, la consternación que ocasionó este lamentable hecho en Flavino lo obligó a retirarse de todo, renunció a la Secretaría General de Gobierno y a su aventura política, refugiándose en su familia. Fue don Miguel Alemán Velasco quien quince días después de la tragedia lo convenció para que lo ayudara a cerrar la administración; como una terapia ocupacional de algo le serviría y aceptó.
Así fue que se escribió la historia de ese relevo gubernamental que pudo haber cambiado el destino de Veracruz.
Obviamente, Ríos Alvarado jamás se va a reponer de tan lamentable pérdida, se aprende a vivir con el dolor, pero hoy lo vemos reincorporado a la actividad política, nuevamente como secretario de Educación, haciendo un trabajo eficiente como acostumbra, con un comportamiento serio, congruente, sacando adelante uno de los problemas más fuertes para el estado, el de la aplicación de los exámenes para los trabajadores del sistema educativo como parte de la reforma educativa promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto.
Reflexión
Los automovilistas opinan que así como dijo nuestro gobernante que las infracciones del nuevo Reglamento de Tránsito y Seguridad Vial, son proporcionales a la violación cometida, también sean los castigos que se impongan a los saqueadores del erario que se han llevado miles de millones de pesos dejando en la hambruna a los veracruzanos. A ellos no se les dice “violadores” de reglamentos, simplemente “omisos” y se les inhabilita, pero no se les sanciona, cuando son mucho más peligrosos que cualquier automovilista que se pasa un alto… Congruencia, por favor. Escríbanos a [email protected][email protected]www.formato7.com/columnistas