Frentes Políticos 17/10/15
I. Un hasta aquí. Aurelio Nuño Mayer, titular de la Secretaría de Educación Pública, todos los días puso el acento en los problemas existentes y en la forma en que se van a resolver. Y no son sólo los maestros, también la necedad de gobernantes como Rogelio Ortega son vicios por extinguir. No les quiso descontar a los docentes ausentistas. “Es lamentable”, dijo Nuño. Y ahora el mandatario estatal nos sale con que negociar con la CNTE ha ayudado a la reconstrucción social de Guerrero, pues gracias a esas gestiones no hubo violencia ni vandalismo ni bloqueos en las marchas del 12 de octubre. Pero si sus disidentes se dedicaron todo el día a colapsarlo todo. No lo puede negar. Son sus aliados. Siempre lo supimos. Orteguita gobierna para la CETEG. De qué se sorprenden.
II. Realidades. Se pinta boyante el porvenir. Y no llega. José Antonio Meade Kuribreña, titular de la Sedesol, aseguró que el próximo año no habrá eliminación ni compactación de los programas para el combate a la pobreza. Advirtió que no deben existir varios México sino uno solo, de oportunidades y de prosperidad. Esperan lo mismo que en 2015, unos 109 mil 271 millones. Pesos más pesos menos. Sí, lo dijo el funcionario y estamos de acuerdo: es inconcebible que en México, país que se ubicará este año como la décimo tercera economía mundial de acuerdo con el FMI, cuente aún con millones de personas en condiciones de pobreza.
III. A balazos. Van ya varios lustros en los que las cosas se dirimen pistola en mano en Colima. Tocó esta semana al exgobernador Fernando Moreno Peña, ser víctima de un atentado; dos sicarios le dispararon. Uno de ellos, según diversas fuentes, podría ser miembro de la familia Larios Quiroz, con vínculos cercanos a la familia de Silverio Cavazos, el exgobernador. ¿Quién fue? Tocará a las autoridades informar. Una cosa está clarísima: La narcopolítica en Colima está atrás del atentado. El propio Mario Anguiano, actual mandatario, tiene vela en este entierro. No es terso. La Procuraduría General de la República debe atraer el caso.
IV. Mal olor. Otra línea de investigación. Lo que los orilló a ejecutar y calcinar a los normalistas de Ayotzinapa fue la revelación que los estudiantes hicieron sobre el vínculo de José Luis Hernández Rivera, su director, y el cártel de Los Rojos, afirman integrantes de Guerreros Unidos. Nadie lo ha llamado a comparecer. Su testimonio simplemente no aparece en las más de 53 mil hojas del expediente que la Procuraduría hizo públicas. Sí están los nombres de quienes lo señalaron. Tres declaraciones coinciden, los normalistas les fueron entregados por los policías de Cocula e Iguala. Y, aun así, el entonces procurador Jesús Murillo Karam no lo llamó a comparecer. Algo huele a podrido.
V. La fiesta. Otra de las joyas que nos dejó Murillo Karam fue la ineficacia. Revelado el audio de la noche en que El Chapo evadió la cárcel, todo cambia. El Centro de Investigación y de Seguridad Nacional informó al Congreso que, a pesar de que aceptó haber escuchado las conversaciones que tuvo con sus abogados y familiares y que, según la PGR, sumaron 386 reuniones, incluidas 46 visitas conyugales, ni cuenta se dieron de que escaparía. Murillo Karam aseguró que entregaría a El Chapo a Estados Unidos en 300 años. Vaya cara. El criminal sólo estuvo de vacaciones en El Altiplano. No era un penal de alta seguridad, era un puticlub. Sí, como dijo el presidente Peña Nieto, la fuga del capo es imperdonable.