Maquio Clouthier
Por Manuel Clouthier
(Diputado federal independiente)
Manuel Jesús Clouthier del Rincón, “Maquio”, nació el 13 de junio de 1934 en Culiacán, Sinaloa, en el seno de una familia acomodada.
Su padre era un prominente horticultor del Valle de Culiacán, hijo de un terrateniente porfirista que vendió sus tierras cuando le avisaron que el presidente Cárdenas preparaba la expropiación de sus propiedades rurales.
“Maquio” vivió parte de su infancia en Guadalajara, con su madre, a raíz de que se divorciaron sus padres. Luego su padre lo manda a estudiar a una escuela militar en Estados Unidos al terminar la primaria, ingresando a la High School, por lo que era el más joven de la escuela. Ahí se forjó en la disciplina militar, aprendió inglés, jugó futbol americano y concluyó sus estudios con el grado de Teniente Primero.
En esa época se vivía en Estados Unidos una gran discriminación. Platicaba que algunos restaurantes tenían un letrero que decía: “No alimentamos perros, negros ni mexicanos”.
En 1951 llega al Tec de Monterrey en La Sultana del Norte y ahí cursó la preparatoria y la carrera de Ingeniero Agrónomo Fitotecnista. Destacó como jugador de futbol americano (tacle) por lo que actualmente está en el Salón de la Fama de dicho instituto. Tuvo su primera incursión “política” al ser presidente de la sociedad de alumnos del Tec.
Se gradúa de la universidad en 1957 y un corto tiempo labora como empleado en Mexicali, Baja California, dedicado a la venta de agroinsumos. Regresa a Culiacán con la idea de emprender y con la ayuda de su padre siembra 70 hectáreas de arroz y se hace de un pequeño capital que lo animó a sembrar sandías en sociedad con su amigo Chema Gallardo. “Hicimos una locura y ganamos un dineral”, platicaba “Maquio”.
Envalentonado, sembró tomates y perdió todo; en 1959, sin recursos, se casa con Leticia Carrillo Cazares, con quien procreó 11 hijos. Todo esto fue forjando el carácter y el carisma del “Maquio”.
Consolidado como empresario agrícola, incursiona en el liderazgo de organismos agrícolas de la región siendo presidente de la Asociación de Agricultores del Río de Culiacán (AARC) y de la Unión Nacional de Productores de Productores de Hortalizas (UNPH). Como agricultor se distingue por su productividad, su austeridad personal, y su compromiso con sus trabajadores al ser el pionero en dar casas de material a los trabajadores, tener trabajadora social y médicos, construyó escuela para los hijos de los trabajadores y estableció un sistema de becas para que siguieran estudiando.
Como presidente de la AARC construye 8 escuelas rurales en el Valle de Culiacán y en la UNPH hace un empaque agrícola para ejidatarios tomateros del Estado de Morelos. En los setentas sobresale por su valentía y liderazgo en la defensa de la pequeña propiedad contra las invasiones y expropiaciones que promovió el gobierno de Luis Echeverría en Sonora y Sinaloa. Hay que decirlo: a “Maquio” no le quitaron un solo metro cuadrado de tierra. Es falso que eso le motivo su incursión en la política.
A raíz de su liderazgo valiente en la defensa de los derechos de la propiedad y la libertad de emprender, la iniciativa privada de Monterrey lo propone para dirigir el principal sindicato patronal del país, la Coparmex, durante el período 1977-1979, organismo único entonces de afiliación voluntaria y “la conciencia del sector privado”.
Esto le da una dimensión y preparación de liderazgo nacional. “Maquio” leía mucho y se había formado en la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Creía en la dignidad de la persona y en la ampliación de las libertades como mecanismo para generar el desarrollo, la economía social de mercado y la democracia. Le indignaba la injusticia. Promovió la educación pública y privada e impulsó un medio de comunicación en Sinaloa que ofreciera “otra verdad”.
De 1981 a 1983 presidió el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) donde le tocó ser contrapeso del gobierno de José López Portillo luchando contra el populismo y el gasto irresponsable que caracterizó a ese sexenio. Igual lucho contra la ilegalidad que significó la nacionalización de la banca en 1982.
Después de esta arbitrariedad “Maquio” promovió el movimiento “México en la Libertad” junto con otros empresarios patriotas; se convenció que urgía la democratización del país. Que el viejo sistema político estaba en franca descomposición y así en 1984 se afilia al PAN e inicia su lucha por la democratización de México y el despertar ciudadano.