Catarsis
Clementina Guerrero, primera mujer en la Secretaría de Finanzas de Veracruz
Por Elsa de León A.
Me gustó mucho la respuesta que la maestra Clementina Guerrero le dio a Ramsés Yunes Zorrilla, cuando le preguntó si se había sacado la rifa del tigre. Ella dijo: “Sí, es la rifa del tigre. Por eso se la dieron a una mujer”.
Es la primera mujer Secretaria de Finanzas de Veracruz, y tiene toda la razón: llegó el momento de ordenar la caja.
Todos sabemos quién es Clementina Guerrero, Tula para los cuates. Tiene toda una trayectoria en la Universidad Veracruzana en el área financiera, pero también pasó por otras instituciones. En donde yo la conocí fue en el Instituto Mexicano del Café, cuando fue Gerente de Recursos Humanos, allá por los años 80.
Posteriormente, Tula Guerrero se incorporó nuevamente a la Universidad hasta la semana pasada.
Todos los veracruzanos estamos esperando que a las instituciones lleguen personas capaces. Pero sobre todo, buenas personas. Personas con valores, que amen a Veracruz.
La mayoría de los veracruzanos estamos azorados con todas las noticias que nos han inundado en los últimos días, del daño patrimonial que ha sufrido Veracruz.
En todos lados nos enteramos de que en todas las instituciones hay daño, malversación de recursos públicos, empresas fantasmas y lo que se acumule esta semana.
Cundió hoy mismo en la mañana la famosa carta del mandatario con licencia que aparentemente fue llevada al Congreso del Estado por un familiar político, para “regresar” a sus funciones como Gobernador.
Yo pienso que fue para poner más jiribilla y enturbiar más la caótica situación política, económica y social del estado.
A mí me parece que el señor está desesperado. Las cuentas de él y sus prestanombres fueron canceladas. Algunas propiedades le fueron incautadas. Entonces a mi parecer, está acorralado. Desesperado. Además de los rumores que se han expandido, de que no anda muy bien de la azotea.
Como buenos veracruzanos, elucubramos con la información que nos llega por todos los medios, pero la realidad es que, quienes trabajamos y vivimos de nuestro salario, hemos sentido los “ajustes” que se han hecho en las últimas fechas.
También nos enteramos de las “plazas” que han sido adjudicadas indebidamente y de las personas que cobran sueldos sin ir a trabajar. Me pregunto ¿cómo pueden salir a la calle? ¿Cómo pueden ver a sus hijos a los ojos?
Hemos perdido la capacidad de sorprendernos, porque se sabía, se decía, se mencionaba que las cosas andaban mal, pero nunca nos imaginamos qué tan mal.
Vemos con tristeza y desánimo cómo crecen otros estados. Cómo sus gobernadores han hecho obra, han creado infraestructura y aquí, nomás nada.
Es un gusto salir a otras entidades, y regresar al estado es desastroso por lo desechas que están las carreteras.
Todos estamos esperanzados de que la persona que nos va a gobernar nos dé soluciones. Si bien no tendrá mucho tiempo para hacer, creo que sí tendrá tiempo de reordenar. Realizar una reingeniería para que el siguiente sexenio Veracruz pueda tener un crecimiento.
Es importante la planeación. Dejar de hacer las cosas al ahí se va. Crear verdaderos planes de desarrollo a futuro para sentar las bases y obviamente, independientemente del partido que gobierne, que se dé seguimiento para tener un desarrollo sostenido.
Otra respuesta que me agradó de la maestra Clementina Guerrero, fue que, “recursos que lleguen a Sefiplan serán ministrados conforme a la Ley”.
Parece una cosa tan simple, una respuesta tan fácil, pero es precisamente lo que han perdido los últimos gobernantes y sobre todo los políticos “jóvenes”, el sentido común, que parece fácil, pero en realidad lo hacen complicado con sus acciones y sus ínfulas de no sentirse en este mundo.
Gentes con aires de grandeza, que se pasaron los títulos académicos por el Arco del Triunfo, que quizá estudiaron mucho y leyeron muchos libros, pero ninguno le sirvió para transformar su vida ni la de los demás.
Muchos quizá opinen que sí sirvió para que se hicieran ricos. Yo pienso que no, se les señala como ladrones.
Olvidaron los valores, esos límites que nos enseñan a cuidarnos a nosotros mismos y al mismo tiempo a cuidar de los demás.
Olvidaron a las personas más necesitadas, a los enfermos. Se llenaron de “ego”, bastaba ver la cantidad de recursos que le destinaron al “cuidado” de ciertos funcionarios. Derroches estúpidos que denotaban el tamaño de la idiotez de quien estaba al frente del Gobierno y de las dependencias.
Tenían grandes vacíos que quisieron llenar con dinero que no era suyo, y que tarde o temprano, van a tener que pagar, porque quizá se salven de la justicia de los hombres, pero la justicia divina siempre llega.
Ojalá que estemos equivocados. Se ha demostrado últimamente que las mayorías se equivocan. Que ya no ganan las elecciones los que se suponen que iban a ganar.
Quién sabe cuántas generaciones tendrán que pasar, antes de que los veracruzanos olvidemos el desastre económico, político y social que han dejado en Veracruz.
Necesitamos a alguien que nos haga olvidar. Alguien que tome el timón del barco que se está hundiendo, que ayude al crecimiento de la gente, de las instituciones y del estado.
Ojalá estemos en ese camino.
Mientras tanto, me agrada y felicito enormemente a Tula Guerrero. Sé qué hará un extraordinario papel, tiene todos los méritos para lograrlo.