La Verdad al Chile 9/1/17
Por Nina Salguero
Amigos de El Chile, parecería que esa parte del México que sabemos que existe, pero de la cual no hubiéramos querido saber y, al mismo tiempo que brotara ese tipo de cáncer social para determinar qué hace falta y qué acciones implementará el gobierno a partir de ahora.
Una nueva versión de “Los Miserables” en la cual no es uno el encarcelado por robo, sino varios, han sido los que en acto de pillaje y rapiña, asaltaron las tiendas de autoservicio; a unos se les puede signar como “robo famélico”, pues han robado por carecer de alimentos que no están en su dieta cotidiana, pero se sabe que otros tantos asaltaron estos comercios incitados por sus pobres valores. La diferencia entre la novela del escritor Víctor Hugo, es que quien comete el robo sale de la cárcel con vicios mayores pero encuentra a un buen hombre y, lo bueno que hay en el personaje de la novela mencionada es que induce al exconvicto a centrar su vida en cambiar a una sociedad, en la cual, la miseria moral, económica y social, permea en los sectores que menos o que de plano nada tienen. Dicha novela deja un mensaje para la posteridad, pues la reflexión es que puede uno elegir entre el bien o el mal.
En el caso de muchas ciudades del país, la población incitada al desenfreno por medio de la redes sociales llegó al extremo, el saqueo en muchos de los casos no era para satisfacer ciertas necesidades básicas de su hogar, pues se sabe que lo saqueado como electrodomésticos además de ropa y hasta papel sanitario, fueron ofrecidos a precios muy bajos, demostrando así que lo que buscaban era no el objeto en sí, sino el dinero en efectivo. Muchos adolescentes no razonan ni dimensionan el hecho delictivo, pues se dejan llevar por impulsos, venganza e ignorancia, pensando que su conducta delictiva es la adecuada; quienes adquieren el objeto robado a sabiendas de donde fue sustraído, incurre en un delito, al igual que la persona que roba, el que adquiere objetos robados y sabe que el que se los vende es el autor de uno o varios robos, es así como se convierte en inductor del delito.
Muchos de estos delincuentes viven en colonias marginadas, estoy de acuerdo que las manifestaciones pacíficas son un medio para expresar la inconformidad, pues tanto impacta en la economía del que posee un auto, del empresario transportista, o bien el que no tiene, pues es usuario de los autobuses urbanos; pero bueno, nada justifica robar ni mucho menos crear un escenario de guerra, causando que las autodefensas, surjan en diferentes puntos de la ciudad causando daños colaterales, con ello, me refiero al hecho que circula en la redes en el cual se narra como un mecate puesto para cerrar los accesos, degolló a un motociclista que no se dio cuenta que dicho lazo estaba puesto, y tampoco había ninguna advertencia.
Charlando con un individuo escogido al azahar, me expresó en pocas palabras su filosofía banquetera, “Mire señito, Cristo convivía con ladrones ¿si, o no? ¿A quién crucificaron con Cristo? A dos ladrones...la gente ha robado a quien le roba...ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón”.
Utilizada la religión como justificante, este señor continuó hablando sobre los ladrones del cuello blanco, la impunidad, etc. Al respecto, le reviré que uno de los ladrones llamado Dimas, se había arrepentido, el otro de nombre Gestas retó a la justicia divina; de hecho es interesante preguntar a la sociedad en general, la mayoría se expresa con cierto nerviosismo, indecisión, coraje, han dejado de usar sus autos, usan el urbano.
La respuesta de la compañía Ford, fue que en México no existen las condiciones ni el personal capacitado para la fabricación de autos eléctricos, una energía solar desperdiciada a lo máximo espera ser aplicada para no depender del combustible fósil; se sabe que las alternativas al uso de la gasolina como combustible ya fueron descubiertas, pero los intereses de las naciones petroleras por excelencia se imponen a los beneficios que pudiera recibir un planeta lastimado en sus entrañas.
Quizá el hecho de no escuchar realmente al pueblo haya sido la causa del despertar de un México que ha vivido con base a promesas, algunas cumplidas y otras no tanto; pero lo bueno de todo esto es que si bien surgen personas con antivalores, también resurgen las personas que habían permanecido indiferentes a las necesidades del prójimo, “violencia engendra violencia”, exclaman, y la primeras en pedir paz son las iglesias; uniéndose en un sólo clamor ¡Paz!
En cuanto al gasolinazo…
Reitero...México tiene capacidad para ser una potencia, pero forma parte de los cangrejos que las políticas internacionales, nuestro mismo sistema y ahora Trump no dejan subir, tenemos todo, todo. México es grande, pero “El Niño Dios le escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo”.
Vencidos los miedos, los manifestantes marchan...entre establos y veneros.