Línea Caliente 14/2/17
Pepe, Cuitláhuac, Yunes Márquez y Dante por la gubernatura 2018
Por Edgar Hernández
¡Será una elección no de tercios, sino de cuartos!
Bastó que se diera la voz de arranque en la disputa por las municipales para que los aspirantes a la gubernatura 2018-2024 empezaran a colocar sus fichas y planear estrategias a sabiendas que las alcaldías definen su futuro.
Y es que en tiempos de elecciones los días pasan muy rápido.
Luego del domingo 4 de junio habrán de arrancar –digamos en forma- las campañas proselitistas de la mano de nuevas alianzas, pactos y compromisos.
Así, de cara a los nuevos escenarios, en primer lugar del ranking se coloca José Francisco Yunes Zorrilla, quien desde el 2010 ha venido buscando la primera magistratura estatal sorteando los escollos que la Fidelidad, esos sortilegios del toma y daca; el arrebato de la senaduría, el reintegro del escaño en el 2012, ser el plan “B” de Rosa Borunda y en tiempos recientes la burleta de Héctor Yunes Landa al echarse para atrás en su compromiso de buscar la gubernatura de dos años y empujar a su par a la de seis.
Pepe es, a la vista del PRI, el mejor producto en venta electoral dado su prestigio de político serio, honesto y con las suficientes relaciones con el centro en el ámbito financiero para el rescate de Veracruz en franco estado de quiebra.
El oriundo de Perote desde las diferentes posiciones de representación popular -nunca ha sido empleado de gobierno- ha trabajado por su partido, por la región y en los últimos cuatro años por Veracruz al cual ha traído más de 3 mil 400 millones de pesos en programas, obras y apoyos directos a entes productivos.
Pepe es apoyado por Luis Videgaray; cuenta con el respaldo el titular de Hacienda, José Antonio Meade y del presidente Peña Nieto, quien lo ve como proyecto para el rescate de la plaza.
Pepe -diputado local, federal, dirigente priista, alcalde y senador- cuenta con capital electoral propio el cual sumado al voto duro cercano al millón de votos, eventualmente lo podrían llevar a la gubernatura.
Andrés Manuel López Obrador, con el disfraz de Cuitláhuac García, es el segundo en la puja por la gubernatura veracruzana.
Al conjuro de su nombre la gente se le entrega. Los 700 mil votos alcanzados por Morena al calor de la disputa por la gubernatura bianual fueron el antecedente -y aquí si aplica- de que si Morena postula a una vaca es la misma que gana.
Cuitláhuac García es un buen escudero del Peje. Ha venido siendo muestreado por los morenos para sacarlo de su ámbito jalapeño. Despierta simpatías en donde se para y bien sabe su mentor -el inventor de los “juanitos”- la importancia de Veracruz en el proceso de la sucesión presidencial.
Por ello el recién destapado Cuitláhuac, se convierte en el más serio contendiente por la gubernatura. Su partido no necesita alianzas. Solo incrementar la votación y no soltar sus plazas –Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica e importantes municipios del sur-.
Miguel Angel Yunes Márquez colocado por la percepción ciudadana como tercero en la lista, podría ser el primero, sin embargo…
Es un producto de casa.
Un político de media cuchara cuyo mayor mérito es ser hijo del gobernador Miguel Angel Yunes Linares. Gusta gobernar con los puros güevos y está cierto que mentando madres la gente obedece y acaso debido a su edad, inmadurez política o que observa e imita a su papá, no sabe reconocer autoridad, jerarquía o respeto. Es pues, de un florido lenguaje.
Es una veleta que lo mismo apoyó –cuando fue diputado local- la bursatilización de la Fidelidad, que repudia a morir a Javier Duarte y todo lo que huela a PRI.
El junior anda en campaña desde la campaña de su padre, siempre bajo la tutela de Enrique Pérez.
Recorre pueblos, entabla compromisos, promete y ha entregado decenas plazas a todos los que le manifiestan simpatías y aun cuando un ala del PAN se ha manifestado inconforme con el uso familiar de su partido, no dejan de reconocer la fuerza política que concita el gobernador hacia el centro.
Sus alianzas con Ricardo Anaya Cortés, con el matrimonio Calderón/Zavala y los santones de la derecha como el jefe Diego y rémoras del viejo PRI de algo habrán de servir.
Con más de un millón de votos en cartera –muchos de ellos volátiles por el desánimo que ha provocado el arranque del gobierno de Yunes- Miguelito se apresta a la lucha del 2018 apoyado en el “voto de castigo” contra el PRI y el peligro que representa para Veracruz la llegada de Morena.
El fenómeno Dante Delgado Rannauro es por demás digno de una acuciosa observancia dado que el veterano político, a pesar de tener tantos enemigos, ser un desleal al gutierrezbarrismo, haber sido encarcelado por el gobierno de Patricio Chirinos –en realidad fue Miguel Angel Yunes el que operó esa venganza política- y haberse ido por décadas de Veracruz, es un político muy querido.
Donde se para despierta simpatías y manifestaciones de apoyo.
En cónclave con su partido Movimiento Ciudadano, que sustenta su plataforma de principios en la social democracia, ha determinado ir en alianza nacional con el PRD, que lleva como sombrilla a Cuauhtémoc Cárdenas, Juan Ramón de la Fuente y Alejandro Encinas, quienes apoyan la candidatura presidencial del jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Mancera.
Ello de tal suerte que con los capitales de MC en Veracruz, Guadalajara, Ciudad Juárez, Morelia y otras plazas es posible cumplir el doble juego: ganar la entidad e inclinar la balanza del PRD en favor de Mancera para la Presidencia de la República.
Ese es el tablero que se observa. El abanico de posibilidades que se suscitan en tiempos electorales y la política misma que se mantiene a flor de piel en los veracruzanos.
Es el juego de poder que está tomando forma y agarrando fuerza.
Tiempo al tiempo.