PRI… No más líderes
DE LA REDACCIÓN
Hace algunas semanas que iniciamos un proceso inédito en la historia del PRI Veracruz, y me gustaría compartirles percepciones al respecto. Como algunos de ustedes saben, en septiembre pasado, fui nombrado Presidente del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político en el Estado, un gran honor, principalmente porque soy egresado de la Escuela Nacional de Cuadros, porque fui concursante del programa Círculos de Debate (actividades que el ICADEP impulsa para militantes del Partido), porque mi padre fue Presidente Estatal hace casi 18 años, y porque representa la consecución de un proyecto “Reyes Heroliano” del que muchos políticos respetables platican míticamente en las charlas de café.
Para el Comité Directivo Estatal del PRI, el proceso electoral 2017 representa una gran oportunidad, al ser el primero que se encara desde la oposición, el primero que nos obliga a considerar una reingeniería partidaria; y en ese replanteamiento el ICADEP es partícipe con una importante labor, al capacitar y evaluar a todos los candidatos propuestos para los comicios.
Les platico que dentro de los estatutos del Partido, se establece como requisito de postulación, la acreditación de un examen que evalúa el conocimiento de los documentos básicos, que son: el Programa de Acción, la Declaración de Principios y los Estatutos; y, lamento decirlo, pero muchas veces este requerimiento se ocupó de forma indebida, promoviendo la designación arbitraria y bloqueando aspiraciones de otros precandidatos que pudieron haber hecho un mejor papel en campañas o incluso en el cargo. Afortunadamente, esto está cambiando; para mí es indispensable reconocer la voluntad política de la Delegada Lorena Martínez, del Presidente Renato Alarcón, y la visión del Expresidente Nacional de ICADEP Guillermo Deloya Cobián, quienes decidieron apoyar la idea de promover POR PRIMERA VEZ EN EL ESTADO, una serie de cursos y evaluaciones para que quien lo quisiera (sin distingos) pudiera acreditar ese requerimiento estatutario.
Para el ICADEP, el 2017 representa un hito, pues sabemos que quienes han aprobado el examen, son en gran medida los verdaderos priistas: los que sabrán definir las políticas públicas de acuerdo al Programa de Acción, los que sabrán defender al Partido y defender sus candidaturas con argumentos sólidos, y sostenerse inquebrantables ante la oferta de lo indebido. La coyuntura, nos permitió realizar de manera abierta y transparentemente esta evaluación que, seguro estoy, disminuirá la cantidad de políticos acostumbrados al amiguismo y al compadrazgo, disminuirá la cantidad de servidores públicos que no representen la ideología del PRI en sus cargos, disminuirá la cantidad de personas del estilo voraz, como algunos de los arribistas que llegaron en años pasados.
Este es solo un primer paso, un paso en el que el ICADEP cree de forma categórica; un paso que a veces se torna complicado por el contexto cultural que existe y que se desechará poco a poco, un paso muy necesario y oportuno para el PRI. Este es el grano de arena que servirá para reeducar a la militancia sobre cómo se llevan a cabo los procesos internos del Partido.
Me llevo el aprendizaje de encontrar dos grandes grupos de priistas:
1) Los “líderes” que buscaron de varias formas acortar caminos, basados en su capacidad económica, de hacer favores y de influencia social y política. A ustedes les digo que lamento mucho su incapacidad de vivir en congruencia, pues en varios momentos les he escuchado hablar de lo que no quieren para nuestro Instituto Político, y son justamente ustedes quienes contribuyen a que todo siga igual(o peor).
2) Y, aquel grupo de personas (algunos exdiputados y exalcaldes) que con mucha humildad, vinieron a capacitarse y a evaluarse; y que, ante el infortunio de no acreditar, volvieron con mayor determinación y más preparados para hacerlo (y lo hicieron). A ustedes, mi reconocimiento y mi respeto, pues esa es la clase priista que deberá prevalecer ante los ventajistas que ya conocemos y los que vamos conociendo.
México no necesita más líderes. Nos hemos acostumbrado ya al término, y nos hemos desacostumbrado a la trascendencia que implica ser uno, olvidamos la responsabilidad que conlleva asumir el rol, y lo imprescindible que es no equivocarse, porque un verdadero líder, señala caminos.
Hoy, la palabra líder se ha prostituido y perdió la esencia de su significado. Reconozco al segundo grupo de personas, pero no como líderes, sino como lo que México verdaderamente necesita: SOLUCIONADORES, gente que no solamente se jacte de tener seguidores o fans, sino que actúe y remedie, ejecute y corrija, trabaje y componga.
Me enorgullece contar con su compañía en el partido, pues le dan certidumbre a lo que hemos venido diciendo en el ICADEP desde el inicio, “El mejor aliado de un priista, es, debe ser y será siempre, otro priista”, priistas como ustedes, que están destinados a trascender por su verticalidad. Me honra compartir mi Partido con la militancia que va a rescatar al PRI, por ustedes nos vamos a levantar, cuentan conmigo.