Línea Política 6/3/17

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Por Agustín Contreras Stein

PRI, MAS VIEJO

EL PARTIDO Revolucionario Institucional ha cumplido ochenta y ocho años de haberse fundado.

Ahora, se le ve más viejo y con ello, diríamos, que con mayor experiencia, pero lamentablemente es lo contrario.

Tiene en su haber muchos fracasos políticos, entre ellos haber perdido la Presidencia de la República, en dos ocasiones, aunque también se diría entre los acuciosos analistas políticos que en su tiempo dijeron que la alternancia era parte del principio democrático que no debe faltar en ningún país.

Pero no, el PRI perdió por el llamado hartazgo popular, principalmente, por haber avalado, durante mucho tiempo, a cientos o miles de corruptos que han dejado al país en muchas ocasiones, prácticamente descobijado.

Durante estas casi nueve décadas de existencia, el Revolucionario Institucional ha tenido de todo. Lo más sobresaliente no han sido sus estatutos o su ideario, su propia visión política, sus propósitos ante la sociedad, sino su complacencia a la corrupción, el compadrazgo, el amiguismo y su cerrada brecha donde no deja pasar a nadie que no tenga los mismos intereses de quienes se han apoderado de su dirección.

Así, el PRI cumple años.

Durante este trayecto político, ha dejado de ser el partido de las mayorías, para convertirse en el centro de los intereses particulares, es decir, de las minorías, de seleccionados grupos de poder que lo mantienen secuestrado para sus propios fines políticos.

Y basta que echemos un repaso a lo que ahora ha estado sucediendo, tanto a nivel nacional como estatal.

La dirigencia nacional no da una y como consecuencia, también en los Estados del país se resiente esta falta de liderazgo nacional. Comienza, por lo tanto, los problemas internos y se convierte, como en las demás organizaciones políticas, en meros desencuentros, en meras confrontaciones que no lo llevan a nada bueno, sino a evidenciar la falta de unidad, que por tiempos había sido el principal elemento de su organización.

Pero, como en todas las cosas de este mundo, puede y debe evolucionar.

La reestructuración debe ser acorde con sus principios y volver por los caminos del orden, la unidad y el consenso, pero eso sí, abrir los espacios para todos, donde a nadie se le niegue la participación para que pueda acceder a los puestos de elección popular, es decir, que la cola avance y que retome su lugar como partido político viable.

Que tanto a nivel nacional como estatal se le dote de elementos suficientes para poder actuar, de nueva cuenta, entre la sociedad, rescatando los valores revolucionarios y contemplando una nueva visión política de unidad.

El PRI puede catalogarse como un partido viejo, pero aun así, conservar lo mejor de toda su vida política.

Buscar a los mejores hombres y mujeres que le den sustento de unidad, que lo respalden en las tareas que necesita llevar a cabo y que vuelva a ser un partido de confianza popular.

La reciente renovación de sus cuadros, tanto a nivel nacional como estatal, no parece ser la adecuada. Se siguen manteniendo los principios negativos de la influencia y se han propuesto a personajes que no tienen la experiencia, el honor y la honradez, aunque en sus principales dirigentes se le haya puesto el ingrediente de la honestidad, de la creación y la garantía de ser hombres de buena fe.

En Veracruz, por ejemplo, de nada sirve un dirigente honesto, trabajador, luchador político y con visión renovada, si a su lado le han puesto a personajes, que en algunos casos, no saben ni leer.

Pero así, el PRI sigue cumpliendo años, acumulando errores y aciertos, pero siempre, con la esperanza de que algún día volverá por los senderos de la victoria electoral.

Y PREGUNTAMOS, ahora que se acercan las campañas políticas para dar paso a la sucesión municipal:

¿Sirven de algo los debates que se llevan a cabo entre los aspirantes a estos puestos de elección popular? 

Claro que no, pues que se sepa no han contribuido a nada saludable para la vida política de Veracruz. Ni de estos ni de otros.

Sí, de acuerdo, han servido para hacerse una serie de acusaciones mutuas, para chismes de lavadero y para dimes y diretes que al pueblo no le interesan, pues hasta la fecha, en cualquier debate que se haya organizado, nunca han surgido los verdaderos objetivos de un encuentro de esta naturaleza.

Pero eso sí, se han gastado cientos de millones de pesos, de esos que ahora no tiene la federación ni el Estado, para aplicarse a otros beneficios de la población en general.

La culpa, sin duda alguna, es de los propios ciudadanos que aceptan que estos recursos que en estos tiempos debieran ser para otras necesidades se apliquen a procesos de esta naturaleza que no cumplen los requisitos exigidos por la propia democracia.

El pueblo es el que manda, pero en pura teoría, porque ahora, los que ordenan son otros, ajenos totalmente a la voluntad popular y solo para justificar su presencia en los puestos de dirección y organización de las elecciones.

De acuerdo a las recientes declaraciones del organizador de los debates, dentro del OPLE, asegura que por lo menos, los doscientos doce debates costarían alrededor de diez millones de pesos, lo que resulta incierto, porque a esta cantidad, se le deben sumar los incrementos normales de estos tiempos.

TODO INDICA QUE LA lucha política por la alcaldía de Xalapa la tendrán que escenificar dos personajes de la vida política local, que son ampliamente conocidos.

Por un lado estará José Alejandro Montano Guzmán, a quien no le falta la experiencia ni mucho menos estrategias políticas de gran altura, más su amplia hoja de servicios que ya es reconocida en todos los sectores de la población.

Por el otro lado, el Ex alcalde David Velasco Chedraui, a quien empujan desde Palacio de Gobierno, y con el respaldo económico de la familia que siempre, por lo visto, está de acuerdo.

El primero, por el PRI, el segundo por la coalición PAN-PRD, y entre quienes, se asegura, habrá choque de trenes.

De eso, no hay ninguna duda, pero lo importante es que ahora, los sectores ya definen mejor sus preferencias político electorales.

Los dos harán campaña política de gran altura, los dos tienen la capacidad para poder hacerlo, aunque, también hay que contarlo, que la suerte no se ponga del lado del candidato de Morena, que suelen ganar sin hacer campaña.

Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.