El poder de la palabra 22/3/17

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No más despidos, sí al impulso del empleo

Por Enrique Alberto Mendoza Filidor

El Universal publicó el 3 de enero de 2017 que el mandatario panista Miguel Ángel Yunes Linares argumentó que “Veracruz vive una crisis económica sin precedente y que es necesario que todos los ciudadanos hagan un esfuerzo para salir de ésta, por eso pidió la comprensión de los empleados, dijo: Se revisarán horarios, tiempos de desempeño y eficiencia en las tareas de los funcionarios y trabajadores”.

Por su parte, la Magistrada Concepción Flores Saviaga, integrante del Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje, el pasado 3 de marzo en el periódico La Jornada expresó que “El despido de burócratas, como parte del cambio de administración, ha derivado en al menos 450 juicios laborales y que la principal demanda es que no se ha liquidado a los ex empleados de confianza, y en el caso de los de base se violaron sus derechos sin respetar su antigüedad en los puestos de ocupación. Afirmó que los trabajadores temporales tienen que ser liquidados para evitar que se llenen los tribunales de juicios, porque no les reconocen sus derechos de antigüedad, por lo regular se les debe liquidar alguna prestación y normalmente no es mucho. Los trabajadores, después de ser despedidos, deben presentar la demanda laboral en un plazo no mayor a dos meses. No hay dinero para liquidarlos, pero yo creo que eso es lo que debieron ir viendo en forma gradual el despido”. El 15 de marzo, la Magistrada Flores Saviaga declaró al Diario de Xalapa que ya había 659 demandas, siendo 209 más en quince días.

Despedir es una forma de aligerar la carga del gasto corriente en una administración. Hacerlo es un acto que crea un sentido de dolor mutuo, para quien despide y más a quien es despedido. Porque se lastiman muchos ámbitos de la vida dejando una profunda huella. Y hacerlo sin ofrecer alternativas de desarrollo económico a las personas despedidas es aún más grave; es decir, que antes de haber tomado la decisión de despedir a miles de personas, debieron buscar algunas soluciones administrativas, como reducir sueldos o crear una coordinación de impulso al empleo en Mipymes con vinculación, capacitación y respaldo institucional, a fin de que se abran oportunidades a los nuevos desempleados. Esto significa que a quienes se les “dio las gracias” y “a ver qué hacen” se les ofrezca opciones para que no dejen de percibir con base a su trabajo y esfuerzo, porque también son veracruzanos y a ellos se deben como gobierno del estado. 

Los despidos deben sustentarse en un análisis real y verídico de quiénes sí son eficientes y eficaces. Propongo crear una Coordinación ejecutiva del Poder Ejecutivo y Legislativo para analizar a dónde pueden canalizarse a los despedidos y generar ideas, acciones que impulsen el desarrollo económico, turístico y productivo de Veracruz, con personas profesionales que merecen ser ayudados. Que esta coordinación no implique un gasto adicional, porque se puede incluir al sector empresarial y de investigación de las universidades y Conacyt, con el propósito de buscar y encontrar soluciones. Solo así el camino se enderezará. Se debe poner a profesionales del gobierno a realizar una tarea sensible y de humanidad, no dejar solos a quienes ya no están.

Sabemos que en cada cambio de sexenio hay sin duda cambios de actores y trabajadores, hay despidos, alcanzando cuantitativamente niveles importantes, pero no drásticos, sin embargo cuando hay cambios de administración y con ello alternancia de partido político en el poder, las acciones y reacciones tienen un grado de mayor espectacularidad y hasta en ocasiones de revanchismo. La percepción de quien llega y ocupa un cargo de dirección o de mando medio es que las personas que ya están ahí “no son de confianza” y la percepción de quienes los reciben es “van a valorar mi trabajo y desempeño”. 

En un principio, muchos trabajadores consideraron que el cambio sería bueno, quienes ante el hartazgo de los abusos del poder, creyeron que con un cambio podrían venir tiempos mejores. Sin embargo la realidad ha sido otra. Ante el daño patrimonial que vivimos en Veracruz, el gobierno sustenta la necesidad de prescindir de miles de trabajadores, quienes deben de salir por la incapacidad financiera del Gobierno. Hay mucho que aprender en procedimientos y estilos, porque no tienen precedente, algo inusual, cerrar el paso a los trabajadores, evitando a que ingresen a sus centros de trabajo de una forma inadecuada, como si fueran delincuentes. Dice el proverbio “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan”. Aunque si hubo personas que abusaron con deshonestidad, cobrando sin trabajar como aviadores, también es verdad que la inmensa mayoría de los despedidos son gente de bien que trabaja con el compromiso de cumplir y servir a la institución, con responsabilidad en sus quehaceres laborales. Hay muchas personas que son trabajadores serios, comprometidos y sobre todo jefes o jefas de familia, cuyo sustento es el sostenimiento de sus hogares. Por desgracia he encontrado en la calle más de 50 personas quienes me expresan su gran infelicidad por haber sido despedidos, sin decirles por qué y de una forma agresiva.

Hubo un caso me significó mucho, un joven ingeniero, especialista en recursos humanos, me hizo el comentario de que fue despedido como si hubiera cometido una falta, ejerciendo violencia psicológica. Ahora sin decir “agua va” despiden a su esposa, sin considerar nada, ignorando por completo que su esposo había sido despedido hace unos días. Ahora se preguntan: ¿de dónde sacaremos para la renta y la despensa? Ninguno de los dos cuenta con familia cercana, ni padres ni hermanos que les ayuden, con las manos vacías y los sueños destruidos, forman parte ya de una estadística del desempleo en Veracruz que crece por desgracia.

Aun cuando los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) ubican a Veracruz con una tasa de desempleo del 34 por ciento, para la directora del Servicio Nacional de Empleo (SNE), Alma Rosa Hernández Escobar, la realidad es mucho más alarmante. Afirma que “la percepción de desempleo es mucho más, en Veracruz en los últimos años se ha incrementado el desempleo hasta un 40 por ciento. El Inegi tiene cifras, pero lo que el SNE tiene es diferente, lo vemos todos los días con la infinidad de gente que quiere emplearse”. Por su parte Luis Alberto Romero en su columna “Hora Cero” del miércoles 8 de marzo de 2017 afirma que: “En materia de desempleo, lo que se vive en Veracruz es una tragedia que sólo se compara con la dimensión del problema de la inseguridad. Prácticamente no hay región de la Entidad que se salve de esa complicada situación. Recordemos que los resultados de la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática ubica la tasa de desocupación en la Entidad en 3.5 por ciento”. 

Por lo que respetuosamente recomiendo el libro “Me han despedido: Afrontar constructivamente el desempleo”, con 249 páginas de la Editorial Plataforma, con el registro ISBN: 9788496981461. Destaca lo siguiente: “¿Qué hacer cuando te despiden? ¿Qué actitud tomar y qué pasos dar? Al quedarse sin trabajo, mucha gente es víctima de la frustración y el desánimo. Otro grupo, sin embargo, se toma las cosas de otro modo y mantiene siempre una actitud positiva. Pensar, sentir y actuar constructivamente es la clave del éxito y la felicidad. Puede ser un don natural, pero también puede enseñarse y ésta es la finalidad del libro. La parte final del libro es un exhaustivo manual de búsqueda de empleo que indica cómo desarrollar una red de contactos, cuáles son los diferentes canales de búsqueda de empleo y cómo preparar la entrevista de selección explicándose pequeños trucos que marquen diferencias fundamentales”. Para mí, cuando he llegado al desempleo, mi base es Dios, la fe de un mejor mañana y de ver todo con esperanza, abro mi mundo a lo positivo. Así se abren las mejores oportunidades.