En la Mira 21/4/17

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Conejobus, un negocio rentable en crisis

Gleason, tras los pasos de Manuel Velasco

Por Héctor Estrada

Los señalamientos reavivados sobre el supuesto quebranto al Sistema de Transportes Urbanos de Tuxtla S.A de C.V. (Situtsa), mejor conocido como Conejobus, han puesto nuevamente sobre la mesa la situación de una empresa que ingresa mensualmente alrededor de siete millones de pesos, pero que actualmente mantiene fuera de circulación al 60 por ciento de sus unidades con las que inició sus operaciones.

El Conejobus es un sin duda un negocio rentable, con errores administrativos de origen y problemas de corrupción que han mermado su situación con el paso de los años. Las negociaciones del entonces gobernador Juan Sabines Guerrero con el grupo de 135 concesionarios que hasta 2010 tenían el control absoluto de las dos rutas con mayor demanda de la capital chiapaneca dejaron importantes debilidades financieras como parte de los acuerdos políticos para consumar la llamada “modernización del transporte público”.

El Gobierno de Chiapas comprometió el pago de más de dos millones de pesos mensuales a los concesionarios (entre 15 mil y 19 mil pesos a cada uno), por el sólo hecho de no oponerse a la salida de sus viejas unidades y permitir la entrada de los nuevos camiones. Así se conformó la nueva asociación de concesionarios cuya mayor inversión fue acordar con Sabines Guerrero el evitar cualquier manifestación de inconformidad.

Se trataba de concesiones que bien pudieron ser suspendidas por irregularidades evidentes en la calidad del servicio, el estado de las unidades u otras tantas deficiencias que los usuarios aún padecen en otras rutas de la capital chiapaneca, igual de deficientes. Pero se trató de un acuerdo político que iba más allá de la rentabilidad futura para la empresa. Fueron acuerdos de momento, de gobernabilidad temporal que dejaron fugas económicas insostenibles.

A lo anterior súmele usted los presuntos actos de corrupción y saqueo señalados desde su puesta en marcha. Y es que, las cuentas nada más no salen. Según el director de Situtsa, Fabián Alberto Estrada de Coss, ambas rutas (1 y2) del Conejobus ingresan mensualmente cinco millones de pesos, con un movilización promedio de 40 mil pasajeros al día. Ahí es donde los cálculos se hacen confusos.

40 mil pasajeros diarios, por 30 unidades en funcionamiento (a seis pesos el costo del pasaje), significaría  un promedio de 240 mil pesos diarios o 7.2 millones de pesos al mes. Y conste que estamos hablando únicamente de 30 de las 90 unidades puestas en operaciones al comienzo de la empresa. A lo anterior hay que sumarle los ingresos por concepto de publicidad móvil que el Situsa cuantifica cada mes.  Un monto, sin duda, nada despreciable.

Sin embargo, hoy más del 60 por ciento de las unidades permanecen fuera de servicio, por diversas fallas mecánicas, además del adeudo de casi tres meses en el pago de los concesionarios; sin contar la prolongada pausa al proceso de modernización que desde hace más de dos años se haría a la flotilla de camiones. El Conejobus funciona prácticamente bajo las condiciones mínimas de operatividad.

La situación que hoy enfrenta el Situtsa deja de manifiesto la necesidad de una restructura de fondo para sanear las fugas financieras. Se trata de un negocio rentable a todas luces que no debería enfrentar complicaciones como las que actualmente se padece. Eliminar pagos innecesarios con la contundencia necesaria e investigar los posibles desvíos de recursos deberán ser medidas a tomar con seriedad por las autoridades estatales para sanear o mejorar la situación de una empresa que en condiciones óptimas bien podría replicarse en otras rutas… así las cosas.

GLEASON, TRAS LOS PASOS DE MANUEL VELASCO

Y como no hay fecha que no se cumpla, este sábado finalmente se llevará a cabo el evento masivo, disfrazado de cuarto informe legislativo, en el -como todas las apuestas apuntan- Roberto Albores Gleason podría realizar su destape (muy anticipado) como inminente candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno de Chiapas, al puro estilo del actual gobernador Manuel Velasco cuando se encontraba en las mismas circunstancias del senador comiteco.

Los señalamientos y acusaciones sobre el presunto uso de programas federales, por parte del equipo del Albores Gleason, para obligar la asistencia de personas al evento multitudinario han caído como cascada intensificada durante los últimos días.  Se advierte un acarreo masivo de hasta 50 mil personas para llenar nada más y nada menos que el Estadio Víctor Manuel Reyna de Tuxtla Gutiérrez.

El supuesto cuarto informe legislativo se a anunciado como un evento de “primer nivel”, con la presencia de diputados, senadores, miembros del gabinete presidencial y el mismísimo dirigente priista Enrique Ochoa Reza. Así lo han prometido los organizadores que desde hace ya varios meses se encuentran a marchas forzadas en la preparación del acto que, se supone, mostrará el “músculo político” amasado durante los cuatro años de campaña anticipada.

Y es que, el evento de este sábado no significa cualquier cosa para los alboristas. Han planeado con mucha anticipación repetir lo hecho por Manuel Velasco Coello, con ayuda de Juan Sabines Guerrero, el 10 de noviembre de 2011 cuando en las mismas circunstancias Velasco Cuello realizó su destape como inminente candidato al gobierno de Chiapas ante un estadio Víctor Manuel Reyna repleto de acarreados por las estructuras movilizadoras del gobierno sabinista.

Aunque con fechas distintas, las características de ambos eventos masivos lucen prácticamente iguales. Ambos con el pretexto del cuarto informe de actividades ante el Senado de la República; los dos un año antes de la jornada electoral; con la presencia de las principales figuras priistas; y teniendo como marco el inmueble de mayor capacidad en la entidad chiapaneca. Se trata, sin lugar a dudas, de un mensaje político preelectoral para quienes hoy aspiran a la candidatura por el mismo partido político.

Las pruebas difundidas en medios sobre el uso arbitrario de programas sociales como Prospera para movilizar personas, el evidente despliegue de una campaña anticipada y la no tan convencida participación del gobierno de Manuel Velasco Coello en la realización del evento son hoy los más duros señalamientos sobre “show electorero” dispuesto para “catapultar” a Albores Gleason. Atrás están también las sobras del pasado que aún lo vinculan con personajes como Juan Sabines Guerrero a quien también se le atribuye el financiamiento de la campaña alborista.

Por eso será importante observar con detalle lo que suceda este sábado al interior del Víctor Manuel Reyna donde los mensajes y posicionamientos políticos con miras al 2018 estarán a la orden del día. Finalmente, lo que ocurra ahí podría convertirse en un nuevo punto de partida en la contienda al relevo sexenal que viene, donde los jaloneos por las candidaturas están a nada de reventar varias tensas relaciones hipócritas entre los suspirante gubernatura chiapaneca… así las cosas.