Línea Política 25/5/17

el

Por Agustín Contreras Stein

Xalapa, Definida

NO CABE DUDA, por cielo, mar y tierra, se mueven los intereses políticos.

Hay muchos que de plano ya se hicieron bolas y cambian su criterio a diario, es decir, se la juegan con quien mejores oportunidades les ofrecen en estas elecciones municipales.

Aquí, se ha dicho siempre, lo que va surgiendo en el camino de las campañas políticas y de acuerdo a lo que se va avanzando en materia de proselitismo y de opinión sobre las preferencias electorales.

Pero hay quienes se quieren montar sobre un escenario irreal, que no responde en nada a lo que está sucediendo en el campo de la lucha electoral.

Por eso, más que nada, se advierte cierto interés político o económico.

Si un análisis hay que hacer, basta con observar cómo se están desarrollando los trabajos políticos, el andar por todo el municipio y la respuesta que los propios ciudadanos dan a quienes van en busca del voto popular.

A nueve días de las elecciones, por ejemplo, Xalapa está definida.

En encuestas reales, en el propio campo de la batalla electoral, dan como mejor posicionado a Alejandro Montano Guzmán, candidato del PRI, a quien le ven mejores posibilidades de llegar a la Presidencia Municipal por varias razones. En principio, se dice, tiene experiencia, lo que en los demás casos de los candidatos no se ve.

Si hay que buscarle un poco más, tiene, sin duda alguna, una relación política con todos los sectores, principalmente con el empresarial, que lo mismo está en Xalapa que en el altiplano, de donde surgen los mejores apoyos para un trabajo político y administrativo que sirva para ayudar a la gente, ya sea directamente o a través de las diversas obras que se realicen.

Tiene, también, propuestas concretas, hechas a base de estudios concienzudos, donde se han tomado en cuenta todas las circunstancias que rodean en este momento al municipio, así como al Estado y la propia Federación.

Y es que, como lo dijo recientemente, en su calidad de candidato, no es ni Fidel ni tampoco Duarte, por la sencilla razón de que en el pasado sexenio no todos jalaban parejo con Fidel, y menos con Javier, indicando que como persona es diferente, aunque, en determinado momento todos estuvieron afiliados al mismo partido.

El PRI es una organización política que da oportunidad para que dentro de sus propios estatutos, ideales y pensamientos políticos se pueda participar y llegar a un puesto de elección popular, pero el PRI no es el gobierno, sino quienes a través de una elección han ganado la oportunidad de servir y entonces, si se desvirtúa la acción, es cosa personal, pero nunca por culpa del partido.

Y esto ha sido entendido de tal manera que a estas alturas la ciudadanía está reaccionando positivamente, al grado de que han aceptado que, en verdad, el PRI es una organización y los malos militantes pueden estar en cualquier otro partido político.

Además, como partido político, el PRI está en todas partes, pues si atendemos a la militancia general, encontramos políticos de peso en el PAN, que ya fueron priistas, en el PRD, que se olvidan ahora que sus raíces políticas están precisamente en el tricolor. En Morena, ni se diga, el famoso Peje se hizo político en el PRI, los del Movimiento Ciudadano, también, pues la propia cabeza fue un destacado priista, los de Nueva Alianza, ni se diga, pues también pasaron por la escuela priista, y así, haciendo memoria, resulta que todos los políticos son priistas, aunque ahora porten una camiseta diferente.

Pero, volviendo al caso actual que nos ocupa, en relación al proceso electoral municipal, la joya de la corona ya tiene dueño y todo parece indicar que no habrá retroceso en este sentido, aunque la victoria sea con reducidos votos.

ALGUNOS OBSERVADORES políticos aseguran que el interés político de la actual administración estatal no ha realizado ningún trabajo de consideración en materia de obra pública, pues el tiempo, el dinero y los procesos electorales no la dejan actuar con precisión en estos casos, dejando que los veracruzanos no reciban cuanto antes una señal, aunque sea chiquita, de lo que hará este gobierno en los meses por venir.

Hay que recordar que de aquí en adelante, todo será pura grilla, más dentro de la propia administración estatal, donde tratan, con todas las ventajas políticas, de poner en operación el famoso proyecto azul, que tiene, entre otras cosas, permitir que un hijo del ahora Gobernador del Estado herede el poder estatal.

Es por eso que en los próximos meses no se advierte que vaya a realizarse algún cambio en este gobierno, porque todo estará encaminado, más que nada, al aseguramiento de una candidatura de la coalición PAN-PRD, a favor del hijo del gobernante, lo que impide, desde este momento, que la obra pública tenga prioridad para beneficio de los veracruzanos en general.

Pasadas las elecciones, todo el equipo que ahora trabaja en el gobierno estatal estará avocado a sumarse a los esfuerzos políticos para ganar la próxima contienda electoral del próximo año, donde además estará en juego la propia Presidencia de la República, independientemente de la gubernatura del Estado, tal y como ya se ha comentado ampliamente.

Así, la obra pública solo quedaría en manos de los funcionarios del gobierno que no tendrían capacidad para resolver los problemas, ni tampoco el dinero suficiente para poder cumplir con las promesas gubernamentales.

En todo caso, la administración estatal quedará inactiva por los meses que vienen, para encontrarse con el siguiente proceso electoral, el más importante que se espera para el año que viene y si acaso, serán solamente seis meses, los últimos de este gobierno, donde la administración yunista se esmere para cumplir con algunas obras importantes que se tienen programadas.

Esto es lo que hasta ahora se percibe, aunque no falta quien justifique esta inacción a los procesos electorales que se atraviesan, así como al corto tiempo que se tiene en el actual gobierno del Estado.

LE HAN BAJADO los problemas al Secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié.

Y es que hubo un momento difícil, crítico, en que llegó a sentir la presión de todos lados para que dejara, incluso, el puesto de responsabilidad que tiene.

La inseguridad no ha bajado, pero se sigue trabajando seriamente en este proceso y dará resultados, seguramente.

Sin embargo, como en todos los casos que conciernen a la propia administración estatal, el tiempo es el verdugo más serio que tiene, pues cuenta con pocos meses para operar un programa de acción que le permita reducir los índices de violencia que se generan todos los días en Veracruz.

Y es que no es nada fácil para este hombre, que si bien trae canas desde que era estudiante de la Facultad de Derecho, de la Universidad Veracruzana, ahora, se le han multiplicado, al grado de que ya no tiene área discriminatoria.

Por lo pronto, sigue ahí, en el ojo del huracán, pero sosteniéndose con voluntad y trabajo ante la fuerza del vendaval.

Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.