Opinión 1/6/17

el

4 de junio: ruta al 2018

Por René Arce

Las elecciones del próximo domingo en cuatro estados de la República (Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz) definirán la conducta, posibilidades y rumbo de todos los partidos políticos y personajes de la vida pública. En el Estado de México, sin duda alguna, se concentrará la atención; de perder el PRI ante Morena, se marcaría de manera definitiva la tendencia observada en las elecciones estatales del 2016.

La pérdida de gubernaturas en Veracruz, Tamaulipas, Durango, Chihuahua y Quintana Roo, significó un duro golpe a las pretensiones del PRI para refrendar la Presidencia de la República. El Estado de México, por tener el padrón de electores más numeroso, por su Producto Interno Bruto de gran importancia en la economía nacional, por el significado de ser cuna de Peña Nieto y del grupo en el poder, y sobre todo, por los cuantiosos recursos económicos (legales e ilegales) que se utilizan en la operación política del PRI, representa para ellos el reto electoral más importante antes de las elecciones presidenciales del 2018.

Si Morena gana, López Obrador tendrá a su disposición grandes cantidades de recursos políticos, económicos y, sobre todo, el apoyo a su candidatura presidencial, por la generación de un gran número de nuevos adeptos que ya lo considerarían el ganador indiscutible en la carrera presidencial del 2018.

Un tercer lugar del PAN enfriaría la euforia del 2016 y quizás logre que la soberbia de panistas sectarios disminuya, ello hará crecer la propuesta de ir construyendo un Frente Amplio con inclusión de organizaciones y personajes de la sociedad civil, como ya lo han declarado Alejandra Barrales y Ricardo Anaya, dirigentes del PRD y del PAN.

Un PRD en tercero o cuarto lugar, sólo dejaría confirmada la enorme miseria del grupo político que saboteó la posibilidad de una coalición triunfadora con Acción Nacional, sobre todo cuando este partido aceptó que el candidato fuera Alejandro Encinas. El grupo de Héctor Bautista tendrá una enorme responsabilidad si el PRI sigue gobernando esa entidad, más ahora que también está siendo utilizado para quitarle votos a Morena.

En Coahuila, fue otro grupo del PRD (Nueva Izquierda), que, aprovechando el sabotaje en el Estado de México, también rompió la alianza con el PAN, impulsando a una candidata marginal que no logrará ni el 5 por ciento de la votación; si las elecciones son muy reñidas entre PRI y PAN, y este último sale vencedor, le habrán hecho un gran favor a la banda Moreira y un gran daño a los coahuilenses.

Nayarit es el único estado donde hay alianza PAN-PRD para gobernador, gracias en mucho a la operación política del diputado federal Guadalupe Acosta Naranjo (grupo Galileos), todo indica que la gubernatura la perderá el PRI que actualmente gobierna y ganará la Alianza con amplio margen. Es una lástima que la salida de una parte del PAN para apoyar a una candidata prófuga del panismo y la asesoría timorata del candidato a gobernador, pongan en riesgo la magnífica candidatura del ex rector de la Universidad pública del Estado de Nayarit, el maestro Javier Castellón a la Presidencia Municipal de la capital, Tepic.

Finalmente en Veracruz habrá elecciones municipales, ahí la alianza PAN-PRD presentó candidatos comunes, todo parece indicar que la principal disputa no será con el PRI, sino con Morena de López Obrador. Esta contienda se ha caracterizado por la pelea, con tintes callejeros, entre el gobernador Yunes y AMLO; Veracruz es todo un caso donde parece que los veracruzanos elegirán entre lo malo y lo peor.