Economía Cotidiana 14/6/17

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Impostergable un nuevo marco legal electoral para el 2018

Por Julio César Vega Olivares 

Las elecciones de este cuatro de junio pasado nos dejan una serie de lecciones  y de  interrogantes.

Primero,  que las elecciones en México todavía distan  de ser legales y  democráticas y que la  percepción de la ciudadanía es que los órganos electorales no nos aseguran elecciones limpias, transparentes y justas. 

Razones por las cuales, los electores no  tienen confianza en las instituciones electorales,  ni aún en el Tribunal Federal Electoral, y que en realidad se comportan  como patiños del  poder.  

El INE jura y perjura que en estas elecciones del 4 de junio del 2017, es descabellado pensar que hubo fraude en los estados donde se realizaron elecciones, sobre todo en el caso de las gubernaturas, aunque el INE carece de autoridad moral y mas bien parece ser solamente  un  espectador electoral ;  VIP.

El padre del actual, presidente del INE, un intelectual, comprometido con la verdad, Don Arnaldo Córdoba; expresó: “La actitud de nuestros órganos electorales a sido verdaderamente vergonzosa, su informe pormenorizado (Del IFE en ese tiempo, ahora INE) al TEPJF, no fue más que un alegato priista de deshecho expeditivo de todos los argumentos probatorios que presentó en su momento el movimiento progresista”. “Quieren pruebas pero cuando se les presentan las desestiman porque una ley imperfecta los lleva a dejar pasar las cosas”, parece ser que lo dicho por Don Arnaldo Córdoba, parece seguir vigente, las leyes siguen mochas, imperfectas, no confiables, en espera de que el poder las utilice a su favor y en contra de la democracia en el país.

Los períodos del reclamo, son tan breves que parece imposible recabar información y pruebas contundentes en tan poco tiempo, considerando además que quienes delinquen electoralmente lo hacen de manera subrepticia y con mecanismos difíciles de probar, y las pruebas que se logran obtener, luego desafortunadamente son desestimadas.

Segundo, que derivado de las elecciones en el  Estado de México, la oposición; particularmente la izquierda, parece fracturarse y deja fuera la posibilidad de integrarse en un Frente Amplio Opositor,  en vías a las elecciones presidenciales  del 2018,  eso en voz de Andrés Manuel López Obrador, quien dice que con el PRD nada, ni a la esquina, y le soltó una serie de calificativos muy serios, por su parte el perredista Silvano Aureoles Conejo, Gobernador de Michoacán , en un acto de cinismo y rastrerísmo político, porque se le ocurre que también quiere ser candidato presidencial,  propone que su partido el PRD se alíe al PRI; aunque aún falta tiempo y como dicen cambiar de opinión no es rajarse, sin embargo el problema de este posible Frente Opositor, de antemano se puede predecir, que sin duda será definir al candidato común, pues todos quieren serlo y algunos no parecen dispuestos a declinar.

Que pasará en el 2018, esa es la interrogante central y el primer problema del PRI es impedir que se le junte la oposición, divide y vencerás dice el famoso aforismo; y bueno mantener las leyes electorales como están. 

Muchos pensaban que no sería posible que ganara un partido, con ex gobernadores, en la cárcel o siendo perseguidos por corrupción, con un endeudamiento brutal, con gasolinazos, devaluaciones, con una economía que como resultado de los malos manejos, se ha convertido en el talón de Aquiles del país y  en un clima social en que hemos pasado del “Temor Saludable” que recomendaba Philander C. Knox Secretario de Estado Norteamericano entre 1909 y 1913, al “Terror Conveniente”,  del 2017  y parece que mientras nos ocupamos con esto, nos bailan por otro lado.

Que para el sistema este triunfo del 4 de junio particularmente  en el Estado de México, es considerado como una especie de encuesta cuyo resultado significa el acuerdo popular con las medidas y Reformas, de política económica implementadas por el gobierno, pues se piensa que cuando se vota no es solo  por un partido, sino también por un sistema de gobierno.

Pero no debe perderse de vista, que mucho de todo esto; que provoca una percepción en la ciudadanía de elecciones fraudulentas, tiene su origen en un ineficiente  marco legal electoral, por lo que es impostergable un  nuevo marco legal electoral para las elecciones del 2018,  ya que el actual debe ser modificado y perfeccionado, para que a la luz de las experiencias sufridas  se eliminen fallas y huecos legales,  que luego pueden ser llenados tanto por el poder formal, como  por los poderes fácticos. 

Pues aun hay tiempo pero hay que apurarse y si se tiene la voluntad política esto puede hacerse,  por ello  los partidos políticos deberían convocar a un Frente Amplio Antifraude Electoral, es decir no solo unirse electoralmente para disputar el poder, sino para construir un nuevo marco legal y un sistema electoral que nos asegure un proceso comicial democrático  limpio, transparente  y sin conflictos post electorales.