Manuel Zepeda Ramos - La cultura es el mensaje
Piedra Imán
Manuel Zepeda Ramos
La cultura es el mensaje
Abreu. Economista venezolano, brillante. Pero su obra principal no está precisamente en su especialidad. Está en la tarea humanista que realizó hace más de tres décadas, en su tierra natal.
Ante la enorme desigualdad imperante en Venezuela y todo lo que ello implica sobre todo en la descomposición del tejido social y el desarrollo del delito, el maestro Abreu, como ya se le conoce en todo el mundo de la música clásica, hizo uso de ella, de ese arte que se construye con sonidos y silencios y que se manifiesta todos los días de manera cotidiana en todo el universo a través de muchas maneras. Abreu dijo que el día que un joven aprenda a tocar un instrumento musical, ese día se habrá vacunado de las asechanzas de la droga, el alcohol y la delincuencia, pudiendo ser un hombre de bien, profesional y confiable, capaz de formar un hogar y criar hijos de provecho.
Así inició en el país sudamericano una gran cruzada, movida con sus propios recursos y sin apoyo del Estado, para instalar tantas orquestas sinfónicas juveniles como fueran posibles y necesarias con tal de alejar a las generaciones futuras de las drogas y el delito. Treinta años después, el resultado es abrumador. Hoy suenan en Venezuela más de 600 orquestas sinfónicas juveniles y coros correspondientes en todos los rincones del país y suenan bien. La consecuente convocatoria para ello ha sumado ya a una buena cifra de jóvenes que los mueve únicamente el deseo de poder tocar un instrumento y ser parte de su orquesta o de su coro. Nada más imagínese: cada orquesta tiene alrededor de 100 músicos y otra cifra igual en el coro.
Los resultados de calidad musical son impresionantes. Buena parte de los primeros atriles de orquestas prestigiadas del mundo han surgido de las orquestas de Venezuela. El actual director de la Filarmónica de los Ángeles, el maestro Gustavo Dudamel, de 33 años, es su titular y considerado ya como uno de los cinco directores más importantes del universo.
Aquí en nuestro país sucedió algo parecido durante el gobierno de Salinas de Gortari. Fernando Lozano, bajo los principios filosóficos de Abreu, encabezó la cruzada pudiendo instalar en todo México más de 120 orquestas cuyos integrantes hoy son profesionales de diferentes disciplinas, exitosos, y muchos también integrantes de orquestas sinfónicas en diferentes lugares de México.
Actualmente, una cadena televisiva de nuestro país ha intentado hacerlo, pero con pocos resultados comparados con los obtenidos en Venezuela y en el México mediato.
Es muy importante hablar de esto, en momentos en que el presidente Enrique Peña Nieto ha puesto en marcha desde su primer día de gobierno un programa transversal de trabajo destinado al Combate al Delito.
Creo sin temor a equivocarme que el instrumento de la cultura sería el gran aliado de este programa transversal para su gran éxito y buen funcionamiento.
Qué pasaría, por ejemplo, si en diferentes regiones de México se hicieran orquestas de cámara de doble propósito: que enseñaran y que tocaran. De esta manera se incorporarían al programa de Combate al Delito maestros recién salidos del conservatorio, que no encuentran empleo porque no hay suficientes orquestas en funcionamiento y que darían las clases necesarias y suficientes para que se instalaran una o varias orquestas sinfónicas infantiles y juveniles en su zona de influencia. Además, los jóvenes maestros habrían de tocar dos o tres conciertos a la semana para ir introduciendo a los nuevos públicos en el inmenso repertorio que tienen las orquestas de cámara. Se le podría dar salida a la obra nacional al respecto, que no es poca, además de incentivar el desarrollo de los arreglos para ello de la música popular y folklórica mexicana.
Qué pasaría si con apoyo del programa federal transversal se promoviera la formación de grupos de teatro en el país que pusieran para el público que no conoce el repertorio de los dramaturgos mexicanos que no se conocen porque rara vez se pone una obra de ellos. Además, estos grupos de teatro armarían puestas en escena para explicarle a las colonias populares y campesinas todo lo que se requiere hacer en torno a la preservación de la salud, mejorar el lugar que se habita, el arreglo de los jardines de la casa y la creación de tablas para el cultivo de legumbres, la cría de animales para el consumo y tantos y tantos temas necesarios para poder ver la vida desde otro punto de vista.
La cultura da para mucho en estos tiempos difíciles de México.
Ahora que se podría porque existe un programa presidencial al respecto, ¡Hagámoslo!
En este momento en México, hoy, es absurdo no observarlo:
La cultura debe ser el mensaje.