Yuriria Sierra - La discapacidad en la reforma

el

 

Todo el centro de la discusión, las protestas y los escándalos con respecto a la Reforma de Telecomunicaciones se ha centrado en lo más evidente: aquello que tiene que ver con los servicios de televisión y telefonía, pero hablándolo sólo como un negocio para quienes son y se convertirán en los  involucrados. Que quiénes, cómo y desde cuándo. Pero al llegar la iniciativa al Congreso, algunas organizaciones civiles y periodistas, como mi querida Katia D’Artigues, han puesto el dedo en un renglón que parecería olvidado: cuáles serán los beneficios que las personas con discapacidad disfrutarán gracias a esta reforma.

Y es que no todo va en el debate sobre la preponderancia y el resto de los polémicos puntos. Ayer, Bárbara Anderson resumía muy bien en su columna en Milenio, lo que se está buscando alcanzar en la reforma que, según se nos anunció, estará lista mañana en el Senado: “Un plan de implementación progresiva hasta lograr que haya subtítulos en toda la programación y en todos los horarios de la televisión y que también tenga intérprete de Lengua de Señas Mexicana. En el caso de la telefonía, incluir servicio de retransmisión IP para la comunicación entre una persona con discapacidad auditiva y una oyente, a través de un call center (centro de relevo); teléfonos públicos y centros de acceso a internet a una altura que sean fáciles de usar desde una silla de ruedas, y servicio de emergencias accesibles a través de mensajes de texto. En el caso de internet, todas las páginas web de los entes públicos deben ser accesibles para personas con distintos tipos de discapacidad conforme a estándares internacionales y deben adaptarse conforme a los cambios tecnológicos...”.

 

Tal como lo apuntaba Anderson en su texto, en nuestro país se cuenta con más de cinco millones 739 mil personas con algún tipo de discapacidad. Una reforma para los sectores por los que circula, no sólo el entretenimiento, sino la información y las varias vías que en estos tiempos se utilizan para comunicarnos y educarnos. ¿Cómo puede alguien con debilidad o nula capacidad visual navegar en internet? ¿Cómo puede redactar un correo electrónico? ¿Marcar un teléfono? ¿Escuchar las noticias en la radio o entender lo que transmite la televisión?

Se trata, de nuevo y como en tantas otras luchas, de que las leyes sean lo más incluyente que se pueda, que para eso son perfectibles; de legislar pensando en todos los sectores —famosa palabra cuando se habla de telecom—, pero aquí, en el estricto sentido social, que se legisle para todos los sectores de la población. La reforma que se está discutiendo en el Senado no sólo implica negocios.

Es que, como decimos, ya que están discutiendo una reforma importantísima para el futuro de la nación, lo hagan pensando y detallando cada uno de sus incisos. La accesibilidad de las personas con algún tipo de discapacidad merece estar contemplada con todas sus posibilidades en una reforma que busca cambiar el futuro de las telecomunicaciones del país.