Nos quieren muertas

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Por: Myriam Lagunes Marín
Psicóloga, psicoterapeuta, escritora, columnista y Feminista 

En todo el mundo es más difícil nacer mujer, pero lo es más cuando vives en México, nos dicen que nos matan por andar en la calle de noche, por beber más de la cuenta o por vestir ropa “inapropiada”, pero sucede que según la ONU el lugar más peligroso para una mujer es en su propia casa, ya que el 61% de los crímenes mortales cometidos contra mujeres y niñas a nivel mundial han sido en su propio hogar, esto sin tomar en cuenta las agresiones sexuales que vivimos, en su mayoría llevados a cabo por los mismos familiares o personas cercanas a la familia.

A partir de mediados de marzo comenzamos en cuarentena debido al alto riesgo de contagio por el covid-19, desde entonces las líneas de emergencia y de atención a la violencia contra las mujeres han aumentado sus llamadas en un 60%, lo que significa que el estar encerradas en casa ha significado un aumento en los casos de violencia de género (sin contar las miles que por sus circunstancias no pueden hacer una denuncia), este mismo patrón se ha presentado en todos los países que han presentado la medida de la cuarentena para prevenir el colapso del sistema su sistema de salud ante el coronavirus, reforzando así la idea de que no es el lugar, la hora o la ropa lo que propicia las agresiones que vivimos mujeres y niñas.

Apenas hace unos días mataron a Ana Paola, ella vivía en Nogales y tenía 13 años, ella estaba haciendo cuarentena, estaba encerrada en su casa, su mamá fue a buscar comida para seguir resguardadas, cuando regresó encontró a su hija asesinada con claros signos de violencia sexual, aún hoy no han encontrado a los responsables de este crimen, ella no estaba fuera a altas horas de la noche, ni había bebido, ni traía falda corta, ¿cuál es entonces el pretexto para este crimen? Si ahora ni siquiera dejan ir al súper mercado juntas.

Desde el 8 de marzo he leído publicaciones de hombres que quieren que las feministas vayamos a Rusia para evitar la represión, o que marchemos hacia Tlaxcala para enfrentarnos contra los líderes de la explotación sexual, estas mismas personas nunca les he visto exigir que el gobierno ponga fin a la violencia de género, pero si les he visto celebrar que pornhub ponga al alcance de todos su contenido “Premium”, que incluye violaciones de menores de edad, ahora mismo también piden que quienes marchamos para que todos estos crímenes paren lo hagamos también en tiempos de coronavirus, sin sentido alguno.

Nos quieren muertas antes que incomodas, nos quieren calladas antes que mostrarles como son víctimas de violaciones, de feminicidios, de violencia doméstica, quieren que dejemos en claro que no somos una amenaza, que no estamos enojadas, lo siento, yo si estoy y si quiero justicia, te quiero viva, te quiero fuerte, la revolución feminista sigue.