Sergio González Levet - Atentado contra el Onmpri
La doctora Zaida Lladó Castillo me ha hecho el favor de compartirme el más reciente de sus artículos, en el que -como siempre- hace gala de su preparación profunda, de su experiencia inigualable en asuntos partidistas y de género, así como de su insondable capacidad de análisis.
Ella se preocupa por la posibilidad de que sea convertido en asociación civil el Organismo Nacional de Mujeres Priistas (Onmpri), del que fue digna dirigente estatal hace algunos años. Todo hace indicar que en la Asamblea Nacional de Mujeres que se celebrará en Querétaro la próxima semana se consumará este hecho. Como una “mujer priista a toda prueba, que dice las cosas de frente”, Zaida califica de “politicidio” esta medida, y da razones de peso:
1. Para ella, convertir el organismo en AC atenta “contra el espacio, que las priistas siempre hemos tenido reservado en el Comité Nacional desde su origen”
2. Precisa que esta nueva arremetida contra la posición de la mujer al interior del PRI no le es extraña, “y nuevamente este hecho me confirma la ligereza y poca importancia que siempre le han querido dar a nuestra organización -que no a las mujeres-, producto de la lucha emprendida por nuestras antecesoras, que trabajaron intensamente, para lograr que desde esa trinchera aprendiéramos y emprendiéramos lo mejor para nuestro género y para el partido.”
3. Después de hacer una acuciosa revisión histórica del papel de los organismos de las mujeres dentro del tricolor, concluye “con honestidad y de frente” que “es un error, convertir el espacio de las mujeres priistas en una asociación civil.”
Y enlista sus razones: “a) [se convertiría en] una más de las tantas que existen en el plano nacional; b) la acapararán los liderazgos eternizados que decidirán por todas, entiéndase: normas, proyectos, gestiones, candidaturas, bienes o propiedades, etc.; c) no obligará al compromiso del partido para cumplir con acuerdos y logros, porque simplemente no estamos dentro de éste; d) ello hará más injusta la valoración de las mujeres ante el CEN del PRI; e) y, al ya no pertenecer a su estructura central, podrá en el futuro surgir una nueva organización femenil, que sí lo esté y desplace al Onmpri, como ya sucedió en el pasado.”
Mujer de trabajo y de academia, priista de siempre, la doctora Lladó reconoce con toda honestidad intelectual que “hace falta trabajar más y la clave es tener siempre liderazgos femeniles consolidados, que piensen más en darle fuerza a la organización detectando, preparando, motivando a viejos y nuevos cuadros femeniles para que sean reconocidos y valorados de manera justa dentro del PRI.”
Y termina con una gran verdad, su verdad: “Si la decisión está tomada, pues que les vaya bien, pero no las felicito. Hoy soy una observadora de la historia… y seguiré escribiéndola y apoyando a mi partido desde otra trinchera. Porque sólo el tiempo será el único que me dé o no la razón.”
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