Vacaciones Santas.

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Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo.

No sé que tan arraigadas estén realmente las costumbres o tradiciónes (como quiera usted clasificarlas) de Viernes Santo. Es una realidad que los usos y desusos de diversas religiones cada quién los adopta a su antojo y placer actualmente, y le da el significado que puede. La cosa es que, los días de descanso estipulados están y por segundo año, estamos viviendo unas vacaciones santas dentro de la emergencia sanitaria que el COVID 19 ha desatado mundialmente. Pero si se da cuenta, esta vez, lo estamos viviendo muy diferente al 2020. Todavía el año pasado, se guardó un poco la prudencia y el protocolo. Recuerdo perfecto las calles de la ciudad, las cuales se veían fantasmales, sin un alma. Me atrevo a decir que por lo menos de marzo a mayo del año pasado, cuando la incertidumbre era mucho más amplia y ni siquiera se asomaba el concepto de nueva normalidad, muchos acataron y se guardaron en nuestro puerto.

Pero este 2021, después de 52 semanas de semi-cuarentena (y sí la clasifico de semi porque completa del todo no ha sido para muchos), al parecer a la mayoría ya no le ha importado seguir con las recomendaciones. El abarrotado aeropuerto de la CDMX fue un claro y espeluznante ejemplo de que la mayoría esta actuando ya con un impulso un tanto suicida y está tomando muy a la ligera la situación. Nuestro lento proceso de vacunación hasta ha sido dejado en segundo plano, pues ahorita a todos lo que más les interesó fue poder escapar, salir y “relajarse”. Nadie niega que ha estado difícil y súper estresante el año. Pero qué nos cuesta esperar tantito más.

La tercer ola está tocando la puerta. Y parece que nos estamos cegando ante lo evidente, no hay nada bajo control, al contrario, estamos empezando a tomar la cercanía del coronavirus como algo rutinario, pues ya no nos sorprenden las noticias de gente cercana que ha perdido la batalla ante el virus. El gobierno ha recomendado el cierre algunas playas en el país, en los estados de Chiapas, Baja California, Tamaulipas, Sonora, Jalisco, Nayarit, Oaxaca y Guerrero. Veracruz no está en la lista. Pero sì, en la de los estados que pudieran ser de los primeros que funjan como pilotos para el regreso a clases presencial. Incoherencia al máximo. Hay países que han vuelto a cerrar sus fronteras y están previniendo. ¿Nosotros? Por momento parece que vivimos en Disneylandia. Y sí ya sé que no sólo es cosa de lo que el Estado haga, sino que mucho está en nosotros. Los centros comerciales, playas, antros, restaurantes, etc, parecen hervideros de gente. El tráfico a todo lo que da. Las reuniones y fiestas sin freno. Es urgente demostrar espíritu cívico. Vislumbre a futuro, absténgase. Tenemos la ciudad llena de turistas, todo se está moviendo. No me malinterprete por favor no es fatalismo. Pero nadie esta inmune, ni aunque haya pasado por la enfermedad, es un hecho que lo puede adquirir de nuevo y volver a ser transmisor. Sé que la economía es urgente reactivarla, todos estamos pasándola muy mal, pero la pasaremos peor enfermos. No sabemos para cuando pero una realidad es que si nos quedamos quietos, será menos la espera.

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