Huele a Todos los Santos
Y también a deudas, ya que las familias deberán gastar más de 400 pesos para poner un altar
Por Isaac Carballo Paredes
Poza Rica
Tratando de preservar las tradiciones mexicanas, decenas de comerciantes ambulantes han comenzado con la vendimia del Día de Muertos, ofertando todo lo necesario para construir y adornar el altar de los Fieles Difuntos, además de los alimentos que componen la ofrenda a quienes se nos adelantaron; dicha tradición le costará a las familias una erogación de más de 400 pesos, por lo menos en lo que se refiere a la ofrenda.
A partir de este lunes, las calles del centro de la ciudad se han inundado con un singular olor a incienso, se visten de naranja, morado y un sinfín de colores que indican que el Día de Muertos está cerca, y que incitan a los ciudadanos a adquirir lo necesario para venerar la memoria de sus finados.
El particular aroma y el emblemático colorido de la flor de Cempaxúchitl, atrae la mirada de quienes circulan por las calles de la ciudad, y que no olvidan la creencia popular de que cada año los espíritus vienen a visitarnos en su conmemoración.
Anunciando el preámbulo de una de las celebraciones prehispánicas milenarias que une a todas las familias mexicanas, el Día de Muertos, ha llegado a Poza Rica y como también es costumbre subraya como un fuerte gasto para la precaria economía de los ciudadanos.
Recorriendo el centro de la ciudad, cuestionando a los comerciantes ambulantes, indicaron que en promedio se tiene que invertir unos 400 pesos para integrar una ofrenda tradicional, que consta de dos veladoras medianas cuyo valor oscila en los 12 pesos cada una.
En la decoración con papel picado, el gasto podría ser de unos 20 pesos, ya que cada pliego de papel tiene un valor de 2.50 pesos; en la ofrenda no puede faltar la tradicional calaverita de azúcar cuyo costo varía de acuerdo al tamaño, donde la más buscada es la mediana con un costo de 10 pesos.
El olor característico de una ofrenda es el incienso con valor de 13 pesos, más el sahumerio chico de 23 y el copal que vale unos 18 pesos; cada ramo pequeño de flor de Cempaxúchitl cuesta 15 pesos y el de flor de nube 28; no puede faltar la botella de tequila pequeña cuyo precio oscila en los 60 pesos.
Una cajetilla de cigarros sin filtro cuestan de 20 a 30 pesos, un platillo de mole con pollo tiene un precio de 74 pesos en promedio en alguna fonda económica, preparar un dulce de calabaza podría costar alrededor de 40, una porción de arroz para acompañar el tradicional moles se oferta en 30 pesos y finalmente el kilogramo de mandarina se ofrece al público en 15 pesos.
El precio de la ofrenda podría aumentar si añaden elementos como el pan, ponche, chocolate, otras bebidas alcohólicas y dulces que al difunto le gustaban en vida, así como la cantidad de flores y fruta que se quieran colocar en el altar.
Sin embargo, con una economía bastante desgastada como la que registran las familias pozarricenses y de toda la región, tratar de preservar las tradiciones podría empezar a considerarse como un lujo, ya que aunque los materiales y alimentos no incrementaron su valor, no hay dinero suficiente para adquirirlos.