Se burlan de la comunidad
Previo al informe de gobierno, Ayuntamiento de Cazones retira maquinaria y materiales para electrificación en El Sauce.
Temen se dé por concluida la obra de electrificación.
Édgar Escamilla
Cazones
Habitantes de la comunidad El Sauce, una pequeña localidad ubicada en el municipio de Cazones, lamentaron la falta de compromiso del alcalde Orlando González González, tras retirar la maquinaria que laboraba en los trabajos de electrificación subterránea, previo a su informe de gobierno.
En los últimos días de noviembre, el presidente municipal acudió a dicha comunidad rural para dar el banderazo de inicio de obra; dos semanas después, dejaron abandonados los registros y la maquinaria fue retirada junto con el material y trabajadores.
Las irregularidades comenzaron a aflorar cuando luego de dos meses de trabajo de la directiva elegida en asamblea por los propios habitantes, la autoridad municipal dispuso de un nuevo comité, en el cual figura un empleado de la actual administración y ex subagente municipal.
“Se nos había dicho que no nos iba a costar nada, que no se iba a cooperar, que eran recursos federales, pero nos salen con que cambiaban la directiva del comité y que ahora si había que pagar 150 pesos por cada solar”, comentó José Hernández Santiago, uno de los habitantes del sector.
El Sauce se ubica a escasos metros de la carretera “Los Kilómetros” que conduce al municipio de Tuxpan. La ampliación de esta comunidad se dio hace más de una década, durante la gestión municipal de Humberto Téllez Marie, que adquirió el predio y lotificó en pequeños terrenos que repartió entre las familias.
Por las condiciones del terreno, es fangoso la mayor parte del tiempo; sus habitantes trabajan en el campo, rentando parcelas para poder sembrar maíz o frijol. “Así como están las cosas, es un albur sembrar, igual se da como no se da, sino por el agua, por la seca, pero es muy difícil, aquí nos ganamos de 100 a 150 pesos diarios trabajando en otras parcelas”, comentó otro de los pobladores.
De condición humilde, tratan todos los días por salir adelante e invierten gran parte de sus ingresos en mandar a sus hijos a la escuela, por lo que contar con electrificación les parecía algo remoto.
“Cuando hace dos semanas vino el alcalde con toda su comitiva, pensamos que por fin tendríamos un poco de progreso en la comunidad, habría que hacerle la luchita para comprar una computadora para los trabajos de la escuela de los chamacos”, comentó uno más.
Las 70 familias que habitan el predio están haciendo esfuerzos para construir sus casas; el gobierno les prometió un proyecto de electrificación subterránea, con el que no tendrían que estar temerosos de los cables durante las tormentas. Llevaron maquinaria, registros y un enorme carrete con el cable; una semana después les fue retirado.
Señalan al señor Jaime del Ángel, ex subagente municipal y actual empleado del ayuntamiento, de estar difundiendo una campaña de miedo entre la población, amenazándolos que de no aportar los 150 pesos, quedarían fuera del programa y que, con un acta de por medio firmada por el alcalde, quienes se conectaran posteriormente, deberían de pagar entre cuatro y cinco mil pesos.
“Es un abuso lo que quiere hacer este señor, que le grita a las mujeres para asustarlas. Quiere que le paguemos para ir a Cazones, pero si él trabaja allá, nada le cuesta tomarse unos minutos cuando tuviera que realizar algún trámite”, dijeron.
Quienes han cubierto esta cantidad no cuentan con un recibo que les avale, por lo que temen se trate de un negocio personal y que ese dinero nunca llegue a las arcas municipales, en caso de ser requerido por la autoridad.
“Somos campesinos, somos pobres; el gobierno está mandando los tres millones de pesos para que se nos electrifique, para que la gente tenga el beneficio, no para que vengan a robarnos o que el alcalde se levante el cuello con una obra que solo dejó iniciada”, puntualizó José Hernández.