Fracking, práctica antigua en Pemex
Lo realizan desde hace 60 años y no pasa nada, asegura el diputado federal Jorge del Ángel Acosta
Manifestaciones en contra de la fracturación hidráulica solo pretenden evitar la explotación de hidrocarburos
Por Isaac Carballo Paredes
Poza Rica
Luego del anuncio que hizo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo de prohibir la fractura hidráulica en el estado, el Diputado Federal Jorge del Ángel Acosta subrayó que las manifestaciones en contra del Fracking tienen el único objetivo de evitar la explotación de hidrocarburos, ya que Pemex ha practicado la fracturación hidráulica desde hace más de 60 años y no ha pasado nada.
Cuestionado al respecto, el legislador indicó que quienes van en contra del Fracking, presuntamente preocupados por el perjuicio al medio ambiente y la salud de los ciudadanos, solo han tomado el tema como bandera para tratar de frenar la actividad petrolera en México.
“El fracturamiento hidráulico se practica en Veracruz y todo el país desde hace más de 60 años, pero muchos lo han agarrado como una bandera para evitar la explotación de hidrocarburos”, dijo el diputado Federal.
Subrayó que se tomarán todas las precauciones necesarias para no contaminar y perjudicar el medio ambiente, tal y como lo ha hecho Pemex durante las décadas instalado en esta entidad, realizando dicha operación desde hace mucho tiempo.
La fracturación hidráulica, fractura hidráulica o estimulación hidráulica (también conocida por el término en inglés Fracking) es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo, a través de la inyección de una mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión, para permitir el flujo y salida del gas.
Los partidarios de la fracturación hidráulica argumentan los beneficios económicos de las vastas cantidades de hidrocarburos previamente inaccesibles, que esta nueva técnica permite extraer. Sus oponentes, en cambio, señalan el impacto medioambiental de esta técnica, que en su opinión incluye la contaminación de acuíferos, elevado consumo de agua, contaminación de la atmósfera, contaminación sonora, migración de los gases y productos químicos utilizados hacia la superficie, contaminación en la superficie debida a vertidos, y los posibles efectos en la salud derivados de ello.
El pasado miércoles el gobierno del estado de Nueva York reconoció que los riesgos a la salud son demasiado grandes y que los beneficios económicos son mucho menores a los que anuncian los promotores del fracking.