Pablo Anaya timó a anciano

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Lo convención de ceder nueve terrenos a cambio de permisos de lotificación de un terreno de 26 hectáreas y la liberación de una calle, pero nunca cumplió

“Sacaron toneladas y toneladas de tierra, nunca nos pagaron un solo peso”: afectado

Édgar Escamilla

Poza Rica

El propietario de un terreno de 26 hectáreas ubicado al norte de la ciudad, atrás del Hospital Regional, años atrás buscó tramitar los permisos para lotificar el predio y poder venderlos, donando dos de ellas para la construcción de una escuela; pidió el apoyo también para liberar un viejo camino, a cambio le pidieron nueve terrenos y solo lo timaron.

“Desde hace 15 años estamos solicitando se abra la calle, pero solo nos dan largas; ahora la Síndica me comenta que no tiene conocimiento del caso, que aún no le han pasado mi solicitud”, comentó Jesús Antonio Baltasar Santiago, hijo del propietario.

 

Comenta que la familia de Jesús Islas llegó a vivir al predio tiempo atrás, pidiéndole permiso a su padre, el señor Zacarías Baltasar García, ocupando parte de lo que fuera el viejo camino a Sombrerete, Pital y Mozutla, del municipio de Papantla, con la condición que se retirarían cuando así se les pidiera.

“No había mayor problema, hace 20 años era todo monte y puedo probar con documentos que la calle era el camino que iba a Sombrerete”, comentó. Cuando buscó vender más terrenos y abrir el acceso, se negaron a retirarse, por lo que buscó el apoyo de las autoridades municipales en turno para liberar la calle, pero estas solo se apoderaron de nueve de los terrenos y nunca se abrió la calle, hasta la fecha.

“Pablo Anaya solo le tumbó nueve solares a mi papá y no le ayudó a abrir la calle, ahora sabemos que siete de los terrenos se los quedó Rogelio Quiroz, pero están a nombre de su esposa”, dijo.

Lo anterior fue detectado cuando acudieron al Registro Público de la Propiedad, donde también se enteraron que Quiroz Pulido vendió recientemente uno de los terrenos, ubicado en la calle Guadalupe Madrigal. Dos más de los terrenos pertenecen a una mujer muy allegada a Pablo Anaya, de quien prefirió omitir el nombre.

La extensión total del terreno eran 26 hectáreas, pero en 1987 vendieron seis y media, más dos hectáreas más que fueron donadas por el señor Zacarías para la construcción de la escuela secundaria técnica 117, terreno que hasta la fecha no ha sido regularizado.

“Ya hasta pelee con Rogelio, que solo le robaron a mi papá y nunca lo ayudaron, pero solo me dijo: no, pues son del jefe”, expresó Jesús Baltasar.

Cada uno de los terrenos tiene una superficie promedio de 600 metros cuadrados, que actualmente se venden en mil pesos por metro cuadrado.