Consolidan reproducción de quelonios en Cazones
Una década de protección de las tortugas permite el incremento del número de anidaciones
Édgar Escamilla
Poza Rica
En 2005 se formó el campamento tortuguero “Totonacapan” en la comunidad de Marco Antonio Muñoz “Chaparrales”, el cual registró en aquellas fechas 90 nidos de tortugas de la especie Lora y mil 80 de tortuga blanca; a una década, además de haberse incrementado el número de anidaciones, se ha creado una cultura de la preservación, que estará ayudando a los quelonia de librarse del peligro de la extinción.
Chaparrales es una comunidad rural costera ubicada al norte de la desembocadura del río Cazones; sus habitantes, además de la pesca, se dedican a la manufactura de artesanías a base de conchas marinas, que abundan en las playas vírgenes de esta zona.
Aquí se ubica el campamento tortuguero a cargo del técnico operativo Eleazar García Núñez. Han trabajado coordinadamente con el comité de vigilancia ambiental y el de áreas naturales protegidas dela Semarnat, para cuidar del proceso de arribo, anidación, desove, protección y eclosión de los huevos, así como la reintegración de las crías de tortuga al mar.
Este proceso incrementa durante los meses de marzo y abril, cuando las tortugas arriban de manera masiva a las playas en busca del mejor lugar para construir sus nidos. Antes se veían amenazadas por la fauna local, desde perros y coyotes, hasta aves de rapiña, así como del propio humano, que desenterraba los huevos de las tortugas para comercializarlos, ya que se les atribuían propiedades afrodisíacas.
A una década, se ha logrado erradicar esta concepción entre los pobladores, quienes participan en las labores de vigilancia durante las temporadas de arribo para evitar que gente extraña intente robarse los huevos.
“En ese entonces logramos registrar 90 nidos de la especie Lora, actualmente estamos contabilizando hasta 250 nidos. De tortuga Blanca registramos mil 80 nidos y en la actualidad contamos más de mil 200”, refirió el titular del campamento.
Pese al incremento en el número de nidos que se registran año tras año, las tortugas deben pasar por un largo proceso en el mar para poder llegar a la vida adulta y reproducirse, por lo que la campaña para crear conciencia de la importancia de preservar la vida de esos animales marinos es una tarea permanente.
Aunque toda la comunidad llega a participar en el cuidado de los nidos, el comité de vigilancia está integrado por 25 personas, que se encargan de realizar patrullajes por toda la playa para detectar los nidos y posteriormente, trasladarlos con sumo cuidado al campamento, donde se procurará su incubación, hasta que las crías puedan ser liberadas al mar.