Reyes Hidalgo y el negocio de la invasión

el

 

Colonias hechas al vapor, modus vivendi del vivales  líder de colonos

 

REDACCIÓN

 

Aunque se presenta como benefactor de familias de escasos recursos, Benjamín Reyes Hidalgo es la más clara muestra de que el abuso en agravio de quienes menos tienen es un negocio muy lucrativo, más aún si su forma de enriquecerse se basa en el miedo que impone a sus víctimas y la compra de conciencias.

 

Reyes Hidalgo se ha enriquecido a base de la industria de la invasión, la reventa de predios y la lotificación de terrenos que se ubican en zonas de alto riesgo, lo que amerita una investigación de las autoridades ante las denuncias presentadas en su contra.

 

 

Son numerosas las citas ante las fiscalías de la región a las que ha tenido que asistir para responder por acusaciones por vender el mismo lote a dos o hasta tres personas, por expulsar a quienes ya le han pagado jugosas cantidades por terrenos invadidos, a través de cuotas.

 

Desacreditado ante la sociedad porque su teatro se le ha caído y cada vez más personas rechazan su forma de obtener jugosas ganancias, Benjamín Reyes Hidalgo ha recurrido al chantaje para amagar a sus antiguos aliados políticos y salta de partido en partido, como un auténtico chapulín de la política en busca de protección.

 

Su descaro ha llegado a tal grado, que ha pretendido imponer su voluntad ante ayuntamientos a los que presiona y amenaza con tomas de palacios municipales o manifestaciones, pero la gente ya no le cree, por lo que sus “múltiples seguidores” están solo en su mente.    

 

En su afán por convertirse en un latifundista urbano, Reyes Hidalgo llegó a cometer la locura de intentar vaciar una laguna con una superficie de 2 mil metros cuadrados, ubicada en la parte posterior de la colonia Veracruz, en Coatzintla, para rellenarla y lotificar el predio, sin embargo, los colonos le impidieron la maniobra y se quedó con las ganas de sacrificar a cientos de ejemplares de especies acuáticas para satisfacer su desmedida ambición.  

 

Pese a que las autoridades nunca lo encuentran para requerirlo por su mal proceder, a reyes Hidalgo es fácil localizarlo en varias colonias de Coatzintla y Poza Rica donde pasa los fines de semana a cobrar cuotas a sus moradores por la venta de los lotes que ocupan, además de embaucarlos con “cooperaciones” para gastos de representación, “viajes a Xalapa para trámites de regularización de lotes” y otras tantas fantasías que el autonombrado “dirigente de colonos” inventa para hacerse de recursos malhabidos a costa de sus víctimas.

 

En la industria de la invasión este seudodirigente ha encontrado otro filón de oro, ya que pone a sus huestes al mejor postor y se ha especializado en el acarreo de personas para llenar los mítines políticos, claro, siempre para su beneficio propio    

  

Sus abusos son tan graves que los expedientes acumulados en su contra lo han obligado, en varias ocasiones, a ampararse contra recurrentes órdenes de aprehensión y no es de dudar que en poco tiempo caiga tras las rejas ante el cúmulo de denuncias penales en su contra.