Condena Iglesia el aborto
Se “profana” con esta práctica, así como con la prostitución, la violación, los asesinatos, las ofensas y los golpes, dice
Yhadira Paredes
Es lamentable que el cuerpo humano no se respete y continúe siendo lastimado por la violencia, las vejaciones y el aborto, entre otras cosas, refirió el arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, quien pidió a la feligresía católica que lo respete y cuide.
En su homilía dominical en el tercer domingo de Cuaresma que celebró en la Catedral metropolitana de Xalapa, el prelado sostuvo que actualmente el templo que dignifica el alma de las personas se ha profanado con la prostitución, la violación, los asesinatos, las ofensas, los golpes, el bullying, los secuestros y las mutilaciones.
“En ese sentido también el aborto, donde la mujer dice ‘es mi cuerpo’, pero no es su cuerpo, es el cuerpo de una nueva criatura. Pero dice ‘es mi cuerpo y yo puedo hacer con él lo que quiera’, no está respetando el templo de Dios”.
En su cátedra de los domingos, se pronunció por cuidar el cuerpo tratándole limpiamente y respetando a los demás, así como cumplir los mandamientos.
Asimismo, se refirió al respeto de la iglesia, pero como comunidad, no solo como estructura física: “Esta comunidad es mucho más importante que estas paredes, con todo y lo hermoso que sea. El templo está hecho para ser el espacio donde habite la divinidad, pero en ese sentido es más importante la dignidad humana, del hombre, la mujer”.
Aprovechó además para exigir a la feligresía católica, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se respete a las mujeres y no se profane su cuerpo.
Asimismo, Reyes Larios calificó como “una marcianada” la adoración a la Santa Muerte, el Primer Viernes de Marzo, donde hay limpias y brujerías. “Tiene muchas cosas de folklórico, muchas cosas medicinales y muchas cosas de superstición. Nosotros debemos cuidar nuestros cuerpos y los templos, porque aunque el templo no sea lo más importante, pues sí necesitamos ponerle atención”.
Finalmente, lamentó que haya lugares en donde se pueden observar las grandes iglesias, como en Europa, cerradas, porque las comunidades no acuden a ellas ante la pérdida de la fe.
“Si la gente ya no necesita de Dios, eso se nos queda de tarea a nosotros, donde todavía participamos de las celebraciones, pero que además recordemos que el templo somos nosotros y Cristo es el templo principal al que siempre tenemos que estar unidos”, concluyó.