Grúas amafiadas con Tránsito
De nada sirvió la limpia de agentes de Tránsito realizada en 2013, los nuevos elementos superaron viejas mañas
Redacción
Poza Rica
Como si se tratara de cumplir con una cuota, operadores de grúas Tauro y Capricornio, acompañados de un agente de Tránsito del Estado, circulan por el primer cuadro y las principales avenidas de la ciudad para remolcar cuanto vehículo encuentren estacionado en sitios prohibidos a criterio de la autoridad, lo que ha despertado inconformidad entre innumerables conductores que han tenido que pagar cerca de mil pesos al particular, por el arrastre de la unidad.
Para no pelearse el botín, los concesionarios de grúas Tauro y Capricornio, han acordado relevarse cada 24 horas, de tal manera que no descuiden el lucrativo negocio que les representa el convenio que tienen con Tránsito del Estado.
Al amparo de la impunidad que les representa llevar a un agente de Tránsito en la cabina, los operadores de grúas aprovechan para estacionarse en doble fila y hasta arrancar a toda velocidad y brincarse los topes frente a la escuela primaria María Enriqueta.
Es sobre esa misma acera, que han aprovechado para remolcar gran cantidad de vehículos de docentes y estudiantes de la Universidad Veracruzana, con el argumento de estar estacionados en lugar prohibido, sin que exista la señalética correspondiente.
Autoridades municipales comisionadas en Tránsito y Vialidad, se deslindan de los operativos que realiza la Delegación de Tránsito del Estado, a cargo de Rodrigo Neftalí Tenorio Gómez.
A decir de los quejosos, al acudir a la Delegación, el personal en turno los atiende de manera prepotente y lejos de informar el motivo del traslado del vehículo al corralón, los agentes se limitan a contestar: “porque lo digo yo”.
“Acudimos al Ayuntamiento a realizar un trámite y dejamos estacionado el carro delante de la entrada de la primaria, cuando volvimos a los pocos minutos, nos llevamos un tremendo susto al no encontrarlo; unas personas que estaban cerca nos indicaron que la grúa lo había remolcado, así que fuimos a Tránsito, donde preguntamos bajo qué argumento lo habían arrastrado, si en el lugar no hay nada que indique que está prohibido estacionarse, que dónde decía que estaba prohibido y la agente nos contestó que porque lo decía ella y que le hiciéramos como quisiéramos, pero teníamos que pagar la multa y el arrastre, casi mil pesos”.
Lo sorprendente es que la multa no se paga en Hacienda del Estado o en la ventanilla de un banco, sino directamente con ellos, y el arrastre se le paga a los grueros, que entregan una nota sin foliar, lo que indica que ese dinero no está ingresando a las arcas de Gobierno del Estado y solo beneficia al particular concesionario.
Mientras operadores de grúas y agentes de Tránsito se dedican a hacer su agosto a costa de la ciudadanía; los conductores de taxis han terminado por adueñarse del primer cuadro de la ciudad.
Operadores de grúas de otros concesionarios en la región, comentan que la mafia es tal, que sus patrones han decidido no prestarse al juego de los agentes y se han limitado a dar el servicio a particulares y aseguradoras, a fin de no involucrarse.