Cumbre Tajín no fue lo que esperaban hoteleros

Ocupación llegó, en promedio, al 70 por ciento, pese a la presencia de artistas

Gobierno del Estado puso atención al evento demasiado tarde, asegura la presidenta de la Asociación de Hoteles  y Moteles de la región

Por: Jesús Rodríguez.

Poza Rica

La edición 2015 de Cumbre Tajín “no fue lo que esperábamos” afirma María del Pilar Rosales Moreno, presidenta de la Asociación de Hoteles  y Moteles de la región, al contabilizar datos preliminares de ocupación durante los días en que se desarrolló el Festival.

De acuerdo con la entrevistada, los alcances de Cumbre Tajín no llenaron las expectativas de los empresarios del ramo quienes en lo general durante el primer día de actividades del Festival

registraron una ocupación de apenas 76 por ciento, para el día 20 de marzo el promedio ascendió al 78 por ciento, el día 21 fue el más favorable con 93 por ciento; sin embargo, los últimos dos días, la ocupación de los huéspedes cayó de modo abrupto, el día domingo con 58 por ciento, y para el lunes, día de cierre apenas alcanzó 45 por ciento, pese a la presencia de artistas como La Maldita Vecindad, Javier Batiz y el Tri de México.

Para la representante hotelera fueron varios los factores que se conjugaron para que el Festival no alcanzara las expectativas deseadas. En primer lugar lamenta la falta de promoción que se dio al evento por el Gobierno del Estado, quien difundió  Cumbre Tajín de modo contundente en el mes de febrero. Anteriormente, recuerda, se realizaba desde el mes de noviembre, es decir, casi seis meses antes.

Fue por esas fechas que también el Gobierno del Estado dio a conocer el programa de presentación de artistas del Festival, lo cual no permitió a los visitantes planear con la debida antelación.

Para Cecilia Uresti Villegas, vicepresidenta de la Asociación de Hoteles y Moteles, un factor contundente para los resultados insatisfactorios, fue la cancelación de última hora de programas como Tajín Vive, “esa es la joya de la corona; mucha gente viene a conocer nuestra cultura”, y aprovecha para hacerlo en forma familiar, por lo que la suspensión solo generó el desinterés de los consumidores.

Ambas entrevistadas reconocen en el Gobierno del Estado el interés por respaldar a los hoteleros en la recuperación de su actividad; sin embargo la promoción “hospédate en Poza Rica, y acude gratis a CumbreTajín”, también llegó tarde, pues se publicitó apenas tres días antes del evento.

El evento resultó en un desaprovechamiento de la oferta, pues incluso varios hoteles devolvieron los boletos ofertados. El Hotel París ubicado en un punto emblemático de la ciudad regresó 50 boletos, que no se utilizaron en la oferta.

Así el Festival concluyó con resultados insatisfactorios para los prestadores de servicio, quienes además reconocen que sirvió de poco la apertura de la Autopista México-Tuxpan, que no considera a Poza Rica en su señalética por lo que los visitantes no la identifican como un parador turístico.

Además permitió que personas del centro del país pudieran ir y venir a la Cumbre, en un solo día, sin aprovechar la oferta hotelera de la ciudad con más de 2 mil habitaciones.

Rosales Moreno y Uresti Villegas lamentan que el Gobierno del Estado haya preferido hospedar tanto a artistas que se presentaron en el evento como a su staff en hoteles del Puerto de Tuxpan, municipio que se encuentra más alejado de la zona del encuentro cultural, y con menor oferta hotelera que esta ciudad.

Lo anterior pese a que en ese año los hoteleros realizaron un ajuste a la baja a sus tarifas con el fin de incrementar el interés de los consumidores, sacrificando utilidades, y exponiendo sus inversiones en insumos.

A consideración de las entrevistadas, el Gobierno del Estado se sobresaturó de actividades desde el año pasado con la organización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, la realización de la Cumbre Iberoamericana en el mes de diciembre, el Festival de la Candelaria en Tlacotalpan, más tarde el Carnaval de Veracruz, y dejaron al final afinar los detalles para Cumbre Tajín, quien lamentablemente terminó pagando los platos rotos, con magros resultados.