Detecta la SSAVER tumbas clandestinas
En Filomeno Mata, Chumatlán y diversas comunidades de la Sierra del Totonacapan: Jurisdicción Sanitaria
Por Isaac Carballo Paredes
Poza Rica
En los municipios de Filomeno Mata, Chumatlán y diversas comunidades de la Sierra del Totonacapan, continúan presentados casos de entierros clandestinos, en donde los familiares de los occisos se saltan los procedimientos legales y no tramitan los certificados de defunción, generando con ello alerta en el Sector Salud que desconocen si la muerte se debe a un virus que pudiera propagarse.
Trabajadores del Sector Salud indicaron que la problemática se debe principalmente a los usos y costumbres que prevalecen en las comunidades, cuyos pobladores entierran primero a sus muertos y posteriormente notifican el deceso a las autoridades.
Es la jefa de la Jurisdicción Sanitaria número 3, María del Rosario Espinoza Gloria, quien indicó que esta situación ha causado alerta ya que se desconoce la causa de muerte, dicha práctica pone en peligro a toda la comunidad ya que si la muerte se debe a algún virus o enfermedad de tipo viral, una gran cantidad de habitantes podrían contagiarse.
Tal es el caso del municipio de Chumatlán en donde dos menores que fallecieron, dieron sepultadas de inmediato por sus familiares, luego de notificar a las autoridades de Salud, se descubrió que las niñas habían muerto a causa de una diarrea que hubiera podido ser ocasionada por algún virus, afortunadamente los trabajadores de la Salud de aquel municipio no registraron más casos de este tipo.
Las tradiciones arraigadas en estas comunidades de la Sierra, en ocasiones son tan arraigadas que resultan en una amenaza para los trabajadores de la Secretaría de Salud e incluso para quienes deben identificar la causa de la muerte como los médicos legistas del Ministerio Público, a quienes en más de una ocasión han corrido a punta de machete para evitar que estos expertos toquen a los muertos.
“Muchas personas de las comunidades tienen la idea de que los médicos legistas, abren a los muertos para extraerles los órganos y venderlos, es por ello que se oponen a que un médico abra el cuerpo de sus difuntos”, dijo Espinoza Gloria.
La jefa de la Jurisdicción Sanitaria indicó que aunque esta práctica ya no es muy común, ya que de diez defunciones al mes una es identificada como entierro clandestino, es necesario concientizar a los pobladores para que tramiten debidamente sus certificados de defunción.
El llenado de los certificados es una tarea que no sólo compete a los médicos, sino también a los agentes y subagentes municipales que deben dar fe del fallecimiento de las personas.