Invade excremento quirófanos del HR

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Cansados de realizar intervenciones quirúrgicas en condiciones de guerra, alrededor de 30 médicos, enfermeras y asistentes del Hospital Regional se amotinan y exigen condiciones de trabajo dignas 

 

Las condiciones antihigiénicas son tales que de los lavabos de los quirófanos brota excremento, coágulos y tejidos en descomposición, acusan cirujanos; el Director se niega a atenderlos

 

NUMERALIA

12 AÑOS de antigüedad tiene el Hospital Regional de esta ciudad

120 MÉDICOS, enfermeras y asistentes laboraban en el área de quirófanos al inicio del HR

 30 especialistas laboran, hoy día, en dicha área del hospital

500 mil pesos es el costo aproximado de la reparación del sistema de aire acondicionado en quirófanos

150 mil pesos se requieren para el sistema médico de aspiración de aire

 

 

Por CARLOS HASCHMED NAVA

 

La suspensión de cirugías programadas al interior del Hospital Regional anunciada desde este martes puso al descubierto las flagrantes violaciones a las normas básicas de higiene que ocurren diariamente en el área de quirófanos de dicho nosocomio, las cuales ponen en riesgo a pacientes que deben ser sometidos a alguna de las 14 intervenciones quirúrgicas que cada semana se realizan.

 

 

El denigrante espectáculo al interior de los quirófanos es devastador: sangre, excremento, tejido humano en descomposición que brota de la tubería y lavabo donde los médicos, supuestamente, se lavan las manos antes de operar, paredes manchadas de sangre y restos de goma de las gasas, utensilios oxidados, enormes manchas de excremento y sobrantes de material quirúrgico en el piso.   

 

Las quejas de los médicos, enfermeras y asistentes ponen en evidencia la falta de mantenimiento de las instalaciones en que se realiza uno de los trabajos más delicados en la Medicina; los quirófanos, y el peligro que tanto ellos como los pacientes tienen que enfrentar en cada intervención. Ahí, los cirujanos operan en condiciones similares a las de guerra, pero en México no se ha desatado ningún conflicto armado desde el levantamiento del EZLN en Chiapas en enero de 1994.

 

“No es posible que en los albores del siglo XXI tengamos quirófanos con material oxidado, que brote excremento, tejido humano en descomposición y coágulos de sangre de los lavabos y que se riegue por el piso mientras nosotros estamos operando” se queja uno de los cirujanos.

 

La situación es tan grave que los aparatos de aire acondicionado al interior del quirófano no funcionan y tienen que operar usando ventiladores de pie “que nos compraron en Chedraui porque no hay dinero para dar mantenimiento a los climas y nos dijeron que esperáramos a que los arreglen”, agrega.

 

Aseguran que tener aire acondicionado no es para la comodidad de los cirujanos “sino para mantener un ambiente esterilizado, ¿Imagina usted cuántas bacterias esparce un ventilador en el aire sobre la herida abierta de un paciente? ¿Sabe qué pasaría si una sola gota de sudor de un cirujano o de una enfermera cae en la herida del paciente? Pregunta una asistente que trata de contener su indignación.

 

Los médicos hacen énfasis en que las lámparas quirúrgicas de gran voltaje, necesarias para visualizar bien el área a operar, producen mucho calor, “generan, fácilmente, una temperatura ambiental de 42 grados centígrados y eso hace sudar a cualquiera; estamos operando como en condiciones de la Revolución Mexicana”, lamenta uno de ellos.   

 

“Esto viola todas las normas de sanidad que impone la Secretaría de Salud federal, un hospital particular sería clausurado inmediatamente si esto se hace público. Aquí solo nos amenazan con despedirnos si nos quejamos, pero si estas condiciones causan un daño en un paciente, nos dejan solos” acusa otro cirujano quien, en vano, esperó a que el director del nosocomio, Óscar Castillo Nava, los recibiera.

 

En un comunicado dirigido a Juan Antonio Nemi Dib, los médicos inconformes señalan que las carencias son tales que no cuentan con implementos tan indispensables como “látex para aspiración, no  hay coagulador bipolar, no contamos con jaboneras, dispensadoras, para lavarnos las manos y algunas de las lámparas quirúrgicas ni siquiera funcionan”.

 

“Por si esto fuera poco, el sistema de drenaje está tapado, en la tarja de aseo contaminada con heces fecales hemos lavado el instrumental quirúrgico” y lo grave de la denuncia es que esto ocurre desde hace 45 días sin que la directiva del hospital haya hecho nada por remediarlo.

 

Ante la falta de respuesta de sus jefes directos, los cirujanos y demás personal se vieron en la necesidad de “suspender actividades en dicha área, derivando urgencias relativas a hospitales circundantes y atendiendo únicamente urgencias absolutas”, de acuerdo con el comunicado dirigido a la Secretaría de Salud.

 

Mientras tanto, decenas de pacientes enlistados para una cirugía son trasladadas a Papantla y Tuxpan, mientras que aquellos que tienen la mala fortuna de ser remitidos al quirófano del Hospital Regional de Poza Rica, por tratarse de un procedimiento urgente, tienen que correr el riesgo de una infección mayor o una mala praxis derivadas de las deplorables condiciones en que se encuentran los quirófanos de dicho nosocomio, los cuales se han convertido en auténticas antesalas de la muerte.

 

La denuncia de los trabajadores del Sector Salud pone en evidencia las malas condiciones de la infraestructura hospitalaria de la región, hecho que contradice las alegres cuentas de Juan Antonio Nemi Dib, quien en reciente visita a la zona norte de Veracruz aseguró que el Hospital Regional de Poza Rica trabaja con normalidad.

 

Cabe recordar que el Hospital Regional fue centro de la atención nacional cuando el nueve de mayo de 2012 un bebé fue sustraído del área de cuneros por dos mujeres, quienes aprovecharon la nula vigilancia en sus instalaciones.

 

Posteriormente, en octubre de 2013 el Hospital Regional se vio envuelto en otro escándalo cuando suspendió el servicio de hemodiálisis a 32 pacientes renales con el argumento de que no contaban con recursos para sufragar los gastos que ocasionaba el servicio, el cual fue concesionado a una clínica particular. 24 horas después el propio Nemi Dib corrigió la plana a Óscar Castillo al ordenar que el servicio fuera restituido a los pacientes.