Acoso escolar debe ser afrontado de raíz

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La familia juega el papel principal

 

Redacción

 

La escuela por ningún motivo debe ser considerada como la institución que educa a los hijos, estos deben ser educados en el seno de la familia. Muchas de las acciones que se cometen en el aula, son el reflejo de las vivencias de los menores en sus hogares.

 

Fermín Morales Lara, director de área de “Padres de Calidad”, una escuela para padres ubicada en la ciudad de Tuxpan, explica que en la actualidad se comete un grave error al dejar toda la responsabilidad de la educación a los mentores; “la escuela no educa, instruye”, e inclusive durante la época de José Vasconcelos “a la Secretaría de Educación Pública se le conocía como Secretaría de Instrucción Pública”.

 

Afirma que el acoso escolar se ha magnificado por la cobertura de los medios de comunicación, pero se trata de un fenómeno que ha sucedido hace mucho tiempo. Se manifiesta en las escuelas, pero no es el origen, los maestros poco o nada pueden hacer.

 

 

“Los primeros actos de violencia se presentan en el hogar, donde el niño aprende que el más grande golpea al menor; el más fuerte domina al débil y el más rico ejerce poder sobre el pobre. Vivimos en hogares monárquicos donde el padre es rey y la madre reina”, dijo.

 

Una muestra de esto, es que los adultos nos quejamos de los gobiernos autoritarios, de la falta de democracia y justicia, pero eso tiene origen en el hogar, donde debe haber democracia como un principio humano.

 

Advierte que debe existir equidad primero en la familia, donde ni el hombre ni la mujer estén uno por arriba del otro; “un ejemplo sencillo es cuando los padres visten a sus hijos de cierta manera y ellos quieren de otra, los niños se visten para estar cómodos, acaso para impresionar a los de su edad y no a los padres de sus amigos”.

 

Es en el seno materno donde los menores se encuentran a merced de las primeras manifestaciones de violencia, no solo física, también la emocional, donde aparece la indiferencia, el rechazo, el abandono, entre muchas otras formas. Esto generará traumas y frustraciones que el niño reproducirá en el salón de clases con sus compañeros.

 

En la escuela el menor encontrará el espacio con el que no contaba en su hogar para manifestarse, pero también es donde recibirá el afecto que no recibe de sus padres, lo que también lo vuelve vulnerable.

 

El acoso escolar en México se ha magnificado, donde el gobierno federal expone que 70 por ciento de los niños lo han sufrido en algún momento, pero señala que no todo acto cometido en la escuelas calificaría como bullying, el cual debe contener tres partes definidas para ser considerado como tal: debe ser dirigido a alguien en especial, sistemático y compulsivo.

 

Estas mismas tres características son las que los padres ejercen sobre sus hijos, advierte Morales Lara.

 

“La violencia no nace, se hace. Sí existe la predisposición genética, pero representa no más de 20 por ciento de probabilidades, la mayor influencia es el entorno en el que se desarrolla la persona desde la primera infancia”, expuso.

 

Advierte que las autoridades han errado las acciones para disminuir las agresiones; no se trata de criminalizar a los maestros o aumentar la oferta educativa, el origen está en casa.

“Más que culpables se deben reconocer las responsabilidades, especialmente de quienes integran la familia del niño que agrede a sus compañeros de clase, pero también de quien sufre la agresión”.

 

 

Señala que la sociedad actual se encuentra en un proceso de transición entre dos formas de educar muy distintas, por un lado, la represión que exigía en las familias, donde se afirmaba que “la letra con sangre entra” y la otra, donde existe una total permisividad, por lo que muchos padres no saben cómo actuar.