No habrá desabasto de Medicamentos: Rivera
Pese a la crisis nacional del sector farmacéutico, Poza Rica se destaca como una de las ciudades más sólidas en este rubro.
Cadenas farmacéuticas también llegaron a la ciudad en búsqueda del boom petrolero.
Édgar Escamilla
Poza Rica
A nivel nacional, la crisis a la que se enfrenta Casa Saba, uno de los principales distribuidores de medicamentos, encendió “los focos rojos” respecto al problema que se podría presentar para garantizar el abasto; sin embargo, esto no representa un riesgo para Poza Rica y la región. Las distribuidoras Marzam –propiedad de Genoma Lab- y Nadro han comenzando a cubrir 30 por ciento del mercado que mantenía Saba hasta antes de quedar prácticamente en la quiebra.
De acuerdo con el empresario farmacéutico, César Ulises Rivera Garza, propietario de una de las cadenas de farmacias locales más consolidadas, comentó que Poza Rica fue visualizada –por el auge petrolero- como un mercado importante y comenzó a ser abastecida por varias líneas, prueba de ello es el arribo de cadenas de farmacias nacionales.
“Desafortunadamente el desempleo se hizo presente desde el año pasado, miles de empleos se perdieron con la salida de las compañías al servicio de Pemex; estamos en una situación de crisis que nos ha afectado a todos los sectores”, dijo.
A pesar de esto, existe una cantidad de farmacias suficientes, Poza Rica es, sin duda, la ciudad más importante en este rubro, desde Tampico hasta Veracruz; lo anterior en base a estadísticas de “clientes que llegan en busca de medicamentos que no logran conseguir en sus lugares de origen”.
La crisis en el sector farmacéutico ocasionada por la caída de Casa Saba, uno de los principales distribuidores en el país, lejos de afectar el abasto, permitió a los empresarios buscar nuevas opciones y lograr disminuir los precios de algunos medicamentos de patente.
El origen de la crisis farmacéutica nacional se registró con la caída de los activos de Casa Saba, que dominaba 35 por ciento del mercado mexicano, seguida por Nadro S.A. con 23 por ciento, y Marzam y Fármacos Especializados con 10 por ciento de los clientes.
Casa Saba -antes Autrey-, fue comprada por una familia de empresarios judíos. Con su experiencia, lograron posicionarla como el mayor emporio de medicamentos en México. Tras el auge adquirieron Farmacias Benavides, pasando de ser distribuidores a comercializadores al consumidor final, una práctica vista como desleal por los empresarios del sector, lo que motivó que cerca de 80 por ciento de sus clientes dejaran de comprarles y con ello, una debacle en sus ventas. Actualmente mantienen solo dos por ciento del mercado mexicano.
De acuerdo con analistas financieros citados por El Universal, la deuda que mantiene Saba con fabricantes de medicamentos supera los siete mil millones de pesos, aunque la farmacéutica no ha hecho público su nivel de endeudamiento.
Otro de los créditos que pesan sobre Saba es el contraído con Banorte y HSBC tras la adquisición de Farmacias Ahumada, estimada en 8,663 millones de pesos.
“Al no tener la cartera de clientes de la que había vivido hasta el momento, ya no entró ese capital, quisieron mejorar las condiciones de sus farmacias y los clientes buscaron mecanismos para conseguir los medicamentos a un costo más económico”, comentó Rivera Garza.
A pesar del riesgo en el mercado nacional, Rivera Garza es optimista y afirma que por lo menos en Poza Rica los consumidores tienen diferentes opciones donde abastecerse, “qué más quisiera que fuera en nuestras farmacias, como empresa local y socialmente responsable, pero tienen una gama amplia de opciones”.