Redes de arrastre dañan arrecifes
Es delito pescar en zonas coralinas, porque se perjudican los ecosistemas
MA. CELIA ÁLVAREZ
Tuxpan
Las redes de arrastre dañan el delicado ecosistema que caracteriza a las zonas arrecifales, por lo cual pescar en esas áreas constituye un delito, indicó Verónica Hernández Mosiño, encargada de la Oficina de Pesca en Tuxpan, quien precisó que en esos lugares solamente está permitida la navegación, más no capturar especies marinas, algunas de las cuales se encuentran en peligro de extinción.
La funcionaria fue consultada respecto a ciertos comentarios publicados en las redes sociales en torno a actividades de pesca furtiva que algunas personas estarían llevando a cabo en la denominada Área Protegida de Flora y Fauna del Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan, que según la información consultada alberga 31 especies de corales escleractinios y dos de hidrocorales, ocho de equinodermos, cinco de esponjas, una de anélidos, seis de moluscos, 66 de artrópodos, 281 de peces, tres de mamíferos marinos, 36 de aves y 78 de plantas.
Hernández Mosiño aseguró que no tienen conocimiento acerca de que se estén realizando actividades de pesca ilegal en la zona, aunque admitió la necesidad de hacer conciencia entre los pobladores de las zonas cercanas a las regiones coralinas, debido a que estos hábitats son vulnerables y una vez que se les daña, tardan mucho tiempo en rehabilitarse.
Respecto a la actividad pesquera en la región de Tuxpan, indicó que en la época fría los peces escasean porque buscan aguas más cálidas, de modo que cuando pasen los meses invernales volverá a la normalidad la actividad para los más de 300 pescadores que cuentan con su respectivo permiso federal de la CONAPESCA.
Explicó que los pescadores locales suelen atrapar en sus redes especies como huachinangos, mojarras, jureles, lisas y lebranchas, aunque estas dos últimas se hallan actualmente, y durante todo el mes de febrero, en temporada de veda, la cual sirve para que las especies se reproduzcan y puedan aumentar su población y tamaño, de manera que haya más producción en su temporada de pesca. Al no respetarse las vedas, las especies se acabarían tarde o temprano, y ello afectaría también a los pescadores y sus familias.