El Potrillo rindió un tributo a su padre
Agencias
Ciudad de México
El aire olía a tierra mojada y a mariachi. Antes de que sonara la primera nota, el público ya coreaba versos que fueron de su padre.
En el Estadio GNP, Alejandro Fernández hizo de la nostalgia una celebración: una noche donde la herencia se cantó con gratitud y la voz del Rey estuvo presente.
A pesar de la llovizna, los asistentes sabían bien a lo que iban: a acompañar a El Potrillo en ese viaje entre el pop y el regional, pero, sobre todo, a rendir homenaje al hombre que lo formó.
La gira que trae consigo el cantante es distinta: un homenaje a una figura de las rancheras y aún más grande que el mismo, el icónico Charro de Huentitán, Vicente Fernández, su padre.
Porque De Rey a Rey no solo fue una visión de los temas de Chente y Alejandro, es una manera de enaltecer la música mexicana, de remarcar la trayectoria de dos astros de una de las dinastías más queridas en la escena musical.
La bienvenida la dio otra de la dinastía, Camila Fernández, hija de Alejandro, a las 21:20 horas, vistiendo un impecable traje de charro. Interpretó sus canciones, fortaleciendo a la herencia y asegurando su paso en la regional.
La joven, de 27 años, cantó temas como “Se cancela la llorada”, “Todo todo”, “No llega el olvido” y “Retumbando en tu cora”, dedicadas especialmente a ellas.
“Le estoy haciendo un pequeño tributo a las mujeres que me han acompañado, esta canción es de Selena”, dijo Camila antes de presentar “No me queda más”.
“Yo he venido a decirle a un gran artista que lo amo y que lo respeto. Gracias, papá, por enseñarme lo que significa el respeto, el amor y la música mexicana. Reciban a un gran hombre, a mi papá, Alejandro Fernández”, añadió antes de darle paso a su “querido viejo”.
Segundos después, Alejandro salió al escenario enfundado en un clásico y galante traje de charro, portando con orgullo el típico sombrero que inmediatamente se retiró a manera de respeto.
El cantante saludó a los miles de fans presentes en el Estadio GNP y arrancó el concierto con “No me sé rajar”, incluido en su álbum tributo De Rey a Rey.
Desde el comienzo de la velada el repertorio transcurrió entre piezas clásicas del también conocido como El hijo del pueblo, como “Hermoso cariño”, “Lástima que seas ajena”, “Estos celos”, “Un millón de primaveras”, “De qué manera te olvido”, “La ley del monte” y “Cantador”, las cuales fueron cantados por los más de 65 mil fans presentes en el recinto.
“¡Buenas noches, Ciudad de México! ¿Cómo está mi gente? Es un orgullo volver a este lugar enigmático. Ya van dos veces. Una fue con mi padre, fue una noche maravillosa que se me quedó grabada. Se me enchina la piel al recordar a mi padre. ¡Vamos a celebrar la música mexicana!”, dijo Alejandro.
El primer invitado de lujo de la noche fue Edén Muñoz, con quien El Potrillo unió su voz en el tema “Decepciones”.
“Y como aquí han prohibido los corridos yo les voy a cantar dos... pero de caballos”, dijo Alejando antes de interpretar “Cantador” y “Mi amigo el Tordillo”.
Juntos encendieron una de las secciones más festivas, mezclando la melancolía de los amores perdidos con espíritu bravío.