Atentado terrorista en Londres

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-Theresa May evacuada de la Cámara, volvió horas después: "Cualquier intento de derrotar esos valores a través de la violencia y el terror están condenados a fracasar"

AGENCIA

Nada hacía presagiar la tragedia sobre el puente de Westminster. Decenas de turistas avanzaban a primera hora de la tarde hacia el Big Ben, cuando un todoterreno gris aceleró al cruzar el Támesis y atropelló a su paso a decenas  de viandantes. Unos salieron corriendo, otros se lanzaron al río. El conductor del Hyundai gris dejó un reguero de sangre a su paso y estrelló finalmente el coche contra las vallas de Westminster. Salió con un cuchillo en la mano, apuñaló a un policía que flanqueaba la puerta y llegó a entrar al perímetro de seguridad del Parlamento. Allí llegó a herir a otro agente antes de ser abatido a tiros, ante los ojos atónitos de los diputados que observaban la escena desde sus despachos.

Cinco muertos (el propio agresor, un policía -de nombre Keith Palmer- y tres viandantes) y 40 heridos es el balance provisional del atentando terrorista contra el corazón de Londres, ocurrido exactamente al cabo de un año de la masacre que causó 35 muertos en el aeropuerto y en el metro de Bruselas. 

Scotland Yard no tardó en reconocer la auténtica dimensión de la tragedia, que forzó el "cerrojazo" total del Parlamento y la evacuación en un Jaguar camuflado de la policía de la 'premier' Theresa May, que horas después presidió la reunión del gabinete de emergencia 'Cobra'.

En una breve intervención a las puertas de Downing Street, la 'premier' condenó el ataque terrorista como "nauseabundo y depravado". 

"No ha sido un accidente que el agresor eligiera como objetivo el Parlamento, que representa democracia, la libertad y el estado de derecho", dijo May. "Cualquier intento de derrotar esos valores a través de la violencia y el terror están condenados a fracasar", añadió la 'premier', que anunció que el Parlamento reabrirá sus puertas y recuperará su actividad habitual el jueves.

"El Parlamento volverá a su actividad normal y los londinenses se despertarán y seguirán como cualquier día normal", añadió, en el momento de recalcar que la alerta antiterrorista seguirá como hasta ahora, en el segundo nivel ("riesgo severo").

"Nunca vamos a ceder ante el terror ni a permitir que las voces del odio y el mal nos dividan", concluyó May, que celebró a última hora una reunión del gabinete de emergencia 'Cobra'.

La policía acordonó entre tanto la zona ante la sospecha que la existencia de que el terrorista (un hombre de unos 40 años y de "origen asiático") pudiera haber actuado con un cómplice en su salvaje incursión por el puente de Westminster. El alcade de Londres, Sadiq Khan, se enfrentaba a su primera tragedia terrorista y pedía a sus ciudadanos que evitaran a toda costa el centro de Londres, tomado en cuestión de horas por decenas de policías con uniformes paramilitares.

Las escenas dramáticas de París, Bruselas, Niza o Berlín se materializaban finalmente en la capital británica, que recordó por momentos el horror de los atentados del 7 de julio del 2005 que causaron 52 muertos y más de 700 heridos. Desde mayo del 2013, cuando el sargento Lee Rigby moría acuchillado en plena calle a manos de Michael Adebowale y Michael Adebolajo, Londres había vivido prácticamente de espaldas al terrorismo, pese al riesgo "severo" y a los 10 atentados que Scotland Yard aseguraba haber evitado en los últimos dos años.

Mark Rowley, al frente de la unidad de contraterrorismo de la policía londinense, confirmó que el autor del atentado murió en el hospital por los disparos por la policía. Rowley no dio detalles sobre la identidad o el móvil del ataque, ni se atrevió a especular si se trataba de un 'lobo solitario' o si figuraba en la lista de 850 sospechosos por sus vínculos con el terrorismo manejada por los servicios de seguridad británico. Rowley confirmó sin embargo que el "cerrojazo" policial en la zona de Westminster era una acción preventiva ante la sospecha de que el terrorista pudiera haber actuado con un cómplice.

La tragedia empezó a fraguarse en la orilla sur del Támesis. El agresor atropelló allí a su primera víctima subiéndose a la acera y continuó avanzado entre el pavimento y el bordillo a lo largo de los 250 metros del puente de Westminster, atropellando una tras otra a doce personas. Una mujer fue identificada a las pocas horas como la primera víctima entre los viandantes. Varios heridos se encontraban en estado crítico, entre ellos algunos estudiantes franceses, según confirmó el primer ministro francés, Bernard Cazeneuve. Otra mujer fue rescatada con heridas graves en la orilla del río después de haber saltado desde el puente, de acuerdo con un portavoz del puerto de Londres.

"FUE ENCONTRADA BAJO LAS RUEDAS EL AUTOBÚS"

Steve Voake, de 55 años, cruzó el puente de Westminster justo después y aseguró haber visto a su paso al menos "dos personas muertas y otra en el agua", en declaraciones a la agencia AP. Collen Anderson, una doctora del Kings College Hospital, confirmó poco después la muerte de una mujer: "Fue encontrada bajo las ruedas de un autobús. Murió en el acto".

Jayne Wilkinson fue testigo de la segunda parte del atentado, cuando el agresor estrelló el coche frente a las vallas del Parlamento y se abrió paso entre la multitud que huía a su paso. "Estábamos tomando fotos del Big ben cuando vimos a la gente corriendo hacia nosotros", relató Wilkinson a 'The Daily Mail'. "Había un hombre de origen asiático, llevando un cuchillo de siete u ocho pulgadas de largo. Escuchamos disparos y cruzamos la calle para ver qué era lo que pasaba. Vimos al hombre tendido el suelo y rodeado de sangre. Había logrado atravesar las puertas y avanzaba hacia el Parlamento, y la policía le intentaba dar caza".

Frazer Clarke, 25 años, vecino de Burton-on-Trent y de paso por Londres, aseguró que el agresor llevaba incluso dos armas blancas, un detalle confirmado por otros testigos: "Apuñaló al policía con los dos cuchillos. Llevaba unos pantalones negros y una chaleco gris, y calzaba unas botad de trabajo".

El tiroteo ocurrió exactamente en el Old Palace Yard, el patio en el interior del Parlamento al que se accede normalmente tras pasar por el control de seguridad. La policía guarda sin embargo vigilancia permanente en la cancela, que se abre sólo en casos excepcionales. Fue allí donde el terrorista apuñaló aparentemente al policía que murió a los pocos minutos, pese a los intentos para reanimarle de los paramédicos y del propio secretario de Estado de contraterrorismo Tobias Elwood.

La 'premier' Theresa May, que minutos antes había participado en turno de preguntas y respuestas en la Cámara de los Comunes, estaba en el hall de entrada al Parlamento cuando ocurrió el incidente. La policía logró evacuarla en un coche de camuflaje y trasladarla en cuestión de minutos a la cercana Downing Street.

El portavoz del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes, David Lidington, ordenó la suspensión de la sesión mientras informaba a los parlamentarios de lo ocurrido e informaba que siguieran dentro del edificio por su propia seguridad y hasta nueva orden. "Hay noticias de incidentes violentos en las cercanías del Palacio de Westminster. Espero que los colegas de otros partidos reconozcan que no puedo ir más allá hasta que la policía y las autoridades de seguridad informen de lo que está ocurriendo".

David Davies, el parlamentario por Gales que se encontraba en ese momento en su oficina en la cercana Portcullis House, llegó a grabar parte de la escenas con su móvil desde los ventanales: "No sé cuántos tiros ha habido, hay gente que dice que cuatro. Mi primer pensamiento fue que había que salir de allí lo antes posible. Pero la policía nos mandó de vuelta. Hay mucha gente encerrada aquí y deambulando".

Más de cinco horas duró el "encierro" involuntario en el Parlamento. Uno de los primeros en salir, con el susto escrito en el rostro, fue el líder de la oposición laborista Jeremy Corbyn: "El ataque horrible de Westminster ha dejado en estado de 'shock' a todo el país (...) No ha sido sólo un ataque contra gente inocente, ha sido un ataque contra nuestra democracia. Pero sé que los londinense y la gente en todo el país se unirán en defensa de nuestros valores y nuestra diversidad".