SIN MEDIAS TINTAS / Las habilidades del siglo XXI / Claudia Viveros Lorenzo

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Existe una brecha creciente entre lo que los estudiantes aprenden en la escuela y lo que el mundo demanda. Construir una educación para el Siglo XXI significa equipar a los estudiantes con las habilidades socioemocionales, digitales, cognitivas, y de función ejecutiva que les permita navegar realidades complejas.

Los conocimientos académicos y especializados sin duda son parte de la exigencia que dentro del mercado laboral se exigen cada vez más. Es por ello que la educación se ha vuelto un gran negocio. Pero este siglo, también tiene muy claro que la sociedad se ha transformado y que no solo saber mucho sobre algo determinará el éxito profesional y mucho menos el personal y el social.

La educación, los espacios laborales y la sociedad en general deben ajustarse a los cambios y exigencias de la vida actual, como padres de familia tenemos la misión de dotar a nuestros hijos de las destrezas y valores necesarios para enfrentarse al mundo.

Según la UNESCO las 11 habilidades del siglo XXI más importantes a desarrollar en los niños son:

Cimentar conocimientos de contenidos sólidos e integrados.

Comprometerse con el aprendizaje a lo largo de la vida.

Ser capaz de aprender en el ámbito de la interdisciplinariedad.

Ser capaz de desarrollarse en cuatro ámbitos relevantes: 

- Concienciación mundial 

- Finanzas, economía y emprendimiento

- Civismo

- Salud y bienestar

Buscar y valorar la diversidad en cualquier escenario.

Trabajo en equipo e interconexión.

Ciudadanía digital.

Competencia global.

Competencia intercultural.

Ser capaz de tomar la iniciativa, tener autonomía y responsabilidad.

Ser creativo e innovador.

Los programas actuales no preparan plenamente a los estudiantes para vivir y trabajar en la sociedad de la era de la información. Como resultado, las empresas de hoy en día tienen dificultades para encontrar personas con las habilidades prácticas necesarias para crear, desarrollar y ayudar a sostener una empresa rica en información. La lectura, la escritura, las matemáticas y las ciencias son las piedras angulares de la educación actual, pero se debe incluir otros valores, como la colaboración y los conocimientos digitales.

Cambiar las formas de evaluación puede ser un cambio fundamental en la manera en que enfocamos la educación en el mundo. La incorporación de las habilidades del siglo XXI en el currículo es un paso necesario, pero no es suficiente. Las reformas curriculares van más allá y precisan asegurar que las prácticas de enseñanza en los salones de clases reflejen la incorporación de estas habilidades. Abordar los desafíos de definición y medición de las habilidades del Siglo XXI es una tarea central en este proceso.

El desarrollo de estas habilidades es muy importante ya que ayudarán a los adultos del mañana a enfrentarse al mundo de una manera eficiente. Fíjese como el civismo, la responsable ciudadanía digital, la autonomía, la innovación, la concienciación mundial, saltan a simple vista. Yo le agregaría a la lista algunas más: comunicación asertiva, empatía, inteligencia relacional y emocional y gestión de emociones.

Quedamos tocados de la pandemía pero han pasado casi dos años desde que regresamos a la “nueva normalidad” que rápidamente se convirtió en normalidad y lo poco o mucho que el encierro y todas las circunstancias que atravesamos nos enseñó se desvaneció.

Veo a la gente trepada nuevamente en el acelere global. El mundo se llenó de conflictos y guerras en diferentes latitudes. El mercado se reactivo y muchos en la desesperación por volver a sentir libertad se encharcó en deudas y volvió a inundarse de cosas materiales innecesarias. Las redes han retomado su status de conflictivas y escenario para los más grotescos que acumulan seguidores en la búsqueda de subir sus números, ofreciendo contenidos paupérrimos pero muy exitosos.