Piedra Imán - Manuel Zepeda Ramos - Desde Veracruz para el mundo

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Piedra Imán

Manuel Zepeda Ramos

Desde Veracruz para el mundo

 

Estratégico, quizá su mayor fortaleza. Referente histórico recurrente, ha estado presente en la memoria del continente americano.

Fue la entrada y la salida de la dominación. Ulúa lo certifica todos los días.

Es territorio de grandes culturas, motivo de estudios permanentes por los grandes especialistas del planeta.

También es pueblo de pueblos. Aquí está representado, en su gente y la herencia producto de mezclas necesarias, el paso del hombre en el conteo milenario.

Sus yacimientos de hidrocarburos fueron motivo heroico de la defensa soberana y son ahora roca dura para mirar al siglo XXI con optimismo. Aquí, el petróleo es fuerza.

Sus cotas le han dado y le seguirán dando la riqueza hidráulica requerida para el desarrollo de la agricultura que será con el tiempo bastión del alimento mexicano.

Pero también da: a España le devuelve corregido y aumentado, el zapateado llegado con gitanos, andaluces y sevillanos, vuelto ahora sones huastecos y jarochos que enriquecen y renuevan la cultura milenaria de la península ibérica y todo el Viejo Mundo.

Es puerta permanente del exilio, que lo acoge tiernamente desde el lechero de La Parroquia hasta el técnico, o el médico, o el arquitecto que han hecho de esta tierra la promesa necesaria.

Sus aguas cálidas viajan en corrientes diseñadas desde la Luna hasta el Circulo Polar Ártico para darles a los habitantes del frío un poco de calor tropical que engalana y reconstituye.

Hablo, por supuesto, de Veracruz, este estado mexicano que podría ser país.

En estos tiempos de coyuntura universal, en donde las emergencias hacen a países prósperos en tiempos récord por asuntos de la dinámica del mercado y la inteligencia de sus mandatarios, México debe hoy contar con una entidad como Veracruz.

Ante la puesta innegable de la República mexicana en el concierto de los países que aspiran a ser considerados dentro de los liderazgos terrenales, Veracruz se convierte en coadyuvante necesario.

Lo es por su historia, su riqueza, su subsuelo; lo es por su gente, su música y su danza.

Llegó el tiempo de convocar al mundo desde Veracruz.

Estamos en el momento de que la humanidad con sus inteligencias representadas vengan a esta tierra disímbola y plural a averiguar sobre el acontecer de la humanidad.

¿Por qué no discutir el futuro del planeta desde el muchas veces heroico Puerto?

¿Por qué no convocar a los estudiosos de la conservación que habitan la Tierra, los más importantes, a discutir y proponer su sobrevivencia desde El Tajín?

¿Por qué no convocar a las culturas del mundo a manifestarse a través de la música desde los Tuxtlas y su herencia mágica?

¿Por qué no convocar a los grandes estudiosos de las culturas que han construido al hombre a discutir el porvenir de las inteligencias?

¿Por qué no convocar a las universidades del Golfo de México que son las pensantes en esta región de Estados Unidos y México a ver puntos de coincidencia para preservarlo y detonar aún más su desarrollo?

¿Por qué no convocar a una Cumbre México-Brasil para analizar todas nuestras fortalezas coincidentes, que son muchas, para hacer un bloque productivo de grandes alcances?

“Muchas cosas había una vez, cuando yo soñaba un mundo al revés”, dijo alguna vez el poeta catalán Goytisolo cuando pasaban por su mente cosas transformadoras de la humanidad.

Se me ocurre invocarlo porque veo con satisfacción que la Cumbre Tajín ya es baliza de ubicación en el cuadrante terrenal, que el gobernador Duarte convoca a una cumbre de la Cuenca del Atlántico con personalidades importantes que habrán de discutir asuntos de interés para la humanidad y que la próxima justa deportiva de Centro América y el Caribe va viento en popa, por sólo mencionar algunos tópicos de interés que habrán de desarrollarse en Veracruz durante esta año 2014.

La entrada de México al desarrollo necesario involucra a Veracruz.

Apuesto sin temor.